Con inflación en baja y señales de recuperación, el 2025 plantea un desafío clave: sostener reformas que mejoren la competitividad en un año condicionado por las elecciones de medio término. Para despegar, será esencial avanzar en el ordenamiento del Estado, donde el principal escollo es la desconfiguracion del régimen federal.
¿De qué depende que el 2025 sea el año del despegue?
De una multiplicidad de factores, pero el más decisivo es darle integralidad y ritmo al proceso de reformas orientado a generar un entorno más favorable a la producción nacional, en un contexto político desafiante debido a las elecciones de medio término. Agrega complejidades el hecho de que gran parte de los problemas derivan de las caóticas superposiciones de impuestos y gastos entre Nación, provincias y municipios. Esto significa que algunas mejoras de la gestión pública pueden (y deben) ser realizadas de manera aislada por cada nivel de gobierno. Pero las transformaciones más importantes no podrán ser llevadas adelante si no media un acuerdo entre niveles de gobierno que ordene la distribución de funciones y potestades tributarias entre los tres niveles.
Después de un 2024 recesivo, ¿qué se espera para 2025?
De acuerdo con primeras proyecciones, la economía argentina podría crecer 4,5% anual y retornar al nivel que tuvo en 2017, que había sido ligeramente superior al de 2022. Un buen 2025 permitiría compensar las recesiones de 2023 y 2024, y muy poco más, ya que se alcanzaría un nivel de producto comparable al de hace 8 años. El estancamiento económico tendencial al que asistimos corresponde a la realidad de casi década y media, ya que aún no se ha verificado un crecimiento económico significativo en mucho tiempo.
¿Cómo impactará en Argentina la asunción de Trump?
Uno de los principales interrogantes que se abren con la nueva administración de los EEUU refiere a los aranceles. La imposición de aranceles estadounidenses no solo ha estado relacionada con consideraciones comerciales sino también que se han utilizado como "amenaza" para alinear las políticas de los países con los amplios intereses de USA. Ante un escenario de implementación, tampoco se sabe con precisión las características y el alcance de eventuales represalias de los países afectados. Argentina no se ubica directamente en la lista de los países más vulnerables del nuevo escenario, pero eso no implica que no pueda sufrir efectos colaterales.
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