Servian es un circo que tiene mucha historia y tradición familiar que comienza en Argentina en el año 1905. Pretende ser uno de los mejores del mundo en lo suyo incorporando las últimas tendencias, pero sin perder la esencia del circo.
Cristian Servián, director general de este emprendimiento, habló con Negocios y Pymes.
CS-Venimos de tradición circense. En 1905 llega mi familia, ya con a disciplina del circo, desde la exYugoslavia hacia América. Mi abuelo a los 40 años continúa la tradición e inicia su propio circo, y mi padre a sus 40 años en 1993 repite la historia con el circo Servián. Es una tradición de generación en generación.
Nosotros siempre competimos frente a nosotros mismos. Nuestro objetivo es siempre llevar el circo a nivel de los mejores circos del mundo. No competimos con los circos de nuestro país, porque consideramos que tenemos un show de lujo con una infraestructura impresionante, modernizando el show, pero siempre manteniendo la esencia pura y tradicional del circo. No tenemos animales, pero tratamos de conservar los actos que sorprendían a la gente que hoy tiene 90 años.
Para nosotros es como el aire que respiramos… sin el circo, nosotros no podríamos vivir, no podríamos seguir adelante. Podemos cautivar a los chicos porque el circo es de familia, es tradición, es por eso que se mantiene. Por más de que una moda mate a otra moda, el circo siempre sigue vigente porque el abuelo traía al nieto para mostrarle lo que el veía cuando era chico. Y así se va pasando de generación en generación. Por eso es que lo amamos tanto, es uno de los últimos espectáculos que están quedando que reúne y divierte sanamente a la familia.
Si bien nosotros necesitamos del dinero, nunca lo tomamos como si fuera un negocio. Siempre para nosotros ha sido una pasión. Primero lo sentimos en el corazón y luego en el bolsillo, aunque siempre lo necesitamos para poder movernos. Siempre buscamos que sea un éxito, tratamos de dejar el nombre del circo en alto en todos los lugares a donde vamos, y presentarnos con profesionalismo, ya sea en capital o en el pueblo más chiquito. Después, por más de que hacemos lo que amamos, tenemos que ver la repercusión en cada espectáculo, ver que a la gente y al publico le guste y cautivar a todas las edades. Siendo así, es un negocio que puede seguir vigente.
El problema grande que tuvimos fue cuando empezaron las campañas en contra de los circos con animales, que nosotros, como manteníamos una tradición, nos negábamos a dejar los animales en un zoológico o en una reserva. Pero después abrimos la mente y nos dimos cuenta de que ese era el nuevo circo, y que nos teníamos que acoplar a eso.
Ese fue nuestro mayor reto, pero la problemática del circo se vive día a día porque estamos contra todo, sin apoyo, luchando a la intemperie con el clima. Es una vida apasionante y hermosa, pero muy sacrificada, que sólo lo pueden mantener vivo los que nacen en el circo y los que deciden también morir en él.
Siempre tratamos de adaptar nuevas tecnologías y nuevos actos, pero estamos en un proyecto de un espectáculo internacional. Estamos a la espera de que salga para expandir nuestro arte a nivel mundial, así que estamos muy entusiasmados con esta nueva meta.
Fuente: Negocios y Pymes