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Qué necesita Argentina para conquistar la Industria 4.0 (02/09/2022)
Qué necesita Argentina para conquistar la Industria 4.0

El contexto económico y productivo nacional, sumado a las turbulencias que atraviesa el mercado global por estos tiempos, justifica que muchos empresarios tengan una mirada cortoplacista y prefieran, como dice el dicho popular, “hacer la plancha” en las condiciones actuales de sus emprendimientos.

Sin embargo, ya hay muestras de sobra que aseguran que la cuarta revolución industrial que atraviesa el planeta los empuja a dar un salto obligado hacia los avances tecnológicos y el inabarcable abanico de posibilidades que estos despliegan.

Para garantizar la productividad y la competitividad de las industrias, la mejor inversión que hoy se puede hacer es zambullirse en el océano de la tecnología.

Sin miedo al cambio

El camino de la transformación digital asusta y, en la mayoría de los casos, es por desconocimiento. Por eso, los expertos recomiendan delegar este proceso en profesionales capacitados que generen proyectos personalizados para cada caso y así aprovechar al máximo todos los beneficios que ofrecen.

Las llamadas fábricas inteligentes son aquellas que implementan tecnología y dispositivos, con el objetivo de automatizar los procesos operativos y estratégicos. De esta manera, logran aumentar el “smart manufacturing”, que es el nivel productivo de las empresas e incluye innovaciones como Internet de las cosas (IoT), cloud computing, inteligencia artificial, machine learning y análisis de datos.

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¿Argentina logrará conquistar la Industria 4.0? Frente a la carga que generan los vaivenes económicos, la inflación, la inestabilidad monetaria y las sucesivas crisis financieras, la respuesta a esta interrogante podría ser, a priori, un rotundo “no”.

Sin embargo, puertas adentro en cada una de las empresas o industrias, la pregunta puede ser una invitación a reflexionar acerca de las posibilidades que la tecnología propone a la hora de planificar, invertir y crecer, con la vista puesta en un futuro promisorio que incluye la innovación, la automatización y el procesamiento de datos. Para generar cambios, es necesario arriesgar.

De menor a mayor

En cuestiones económicas y productivas, todo proceso de transformación debe ser paulatino y controlado, para evitar errores graves que pueden costar muy caro a las empresas. La recomendación es partir de las tecnologías más básicas, para luego ir creciendo de manera paulatina en complejidad e inversión hacia una Industria 4.0, que promete ser un camino de ida hacia el futuro y el éxito asegurado.

Cada organización deberá decidir cuándo y de qué modo hacer frente a los avances tecnológicos, dependiendo de sus posibilidades y capacidades. Aunque también dependerá de factores externos, como por ejemplo las decisiones que tome el país en este sentido durante ese tiempo.

Mano de obra, se busca

Por otra parte, ya es sabido que Argentina cuenta con un marcado déficit de mano de obra especializada en el terreno de la informática y la programación, dos ramas profesionales que ofrecen grandes oportunidades laborales. Aunque el Estado ha comenzado a incentivar la formación en estas ramas, la iniciativa parece no dar abasto.

Inclusive hay quienes trabajan para empresas extranjeras, asesorando o programando bajo la modalidad de teletrabajo, con sueldos superiores a la media local.

Esta es una de las causas de que, en este último tiempo, esté creciendo considerablemente la matrícula de jóvenes en universidades públicas y privadas que imparten carreras y cursos relacionados con estas temáticas.

Conectividad

Para que todos estos procesos de transformación y formación ocurra, Argentina tiene el desafío de mejorar la infraestructura para la conectividad y la transmisión de datos.

Las industrias que incorporan máquinas robóticas o tienen sus procesos de desarrollo altamente automatizados, necesitan una conexión integral durante toda la producción.

Por esta razón, es imprescindible que se cuente con protección ante eventuales ciberataques, que no solo implican el robo de datos o información confidencial de la compañía, sino que también existen malwares especialmente diseñados para afectar los procesos de fabricación.

Costo de innovación

El Índice Global de Competitividad (IGC) del Foro Económico Mundial mide la capacidad que tiene un país de generar oportunidades de desarrollo económico a los ciudadanos.

En Argentina, innovar cuesta más que en otros países y en ese sentido la infraestructura y la inversión dificultan las condiciones para que el país se convierta en una plataforma facilitadora de la innovación.

La fuerza principal reside, como señalábamos anteriormente, en el capital humano.

Brecha productiva

La mitad de las empresas argentinas utiliza tecnologías de primera y segunda generación, y parece no tener intención de incursionar en materia de innovación. Mientras tanto, hay otra porción que se caracteriza por el uso de infraestructura de desarrollo medio y sólo un pequeño grupo está cerca del equipamiento más avanzado. Esta situación genera una enorme brecha productiva entre las industrias nacionales.

Las fábricas inteligentes son la puerta de entrada a la producción personalizada y bajo demanda en función de las necesidades de los clientes, lo que genera oportunidades para que miles de pymes argentinas puedan diferenciarse a través de marca, diseño y calidad.

Reinventarse es la clave

Ninguna empresa se convierte en una Industria 4.0 de la noche a la mañana. Esto se debe a que no basta con comprar una máquina de última generación, sino que se trata de un cambio radical de paradigmas, resultado de combinar elementos asociados a la capacidad para aprovechar el Big Data, la impresión 3D, la realidad aumentada, la inteligencia artificial, la nube, el diseño asistido por computadora, los sensores y la nueva generación de robots.

Sumarse a la revolución implica afrontar un nuevo sistema productivo, articulado y flexible, que absorba modelos de otras firmas, se valga de los beneficios de la sinergia, aprenda a reinventarse y se entusiasme a la hora de enfrentar nuevos desafíos.

Fuente: La Voz