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Poder adquisitivo del salario versus competitividad en apuros: El duelo de las próximas paritarias (01/03/2013)
Poder adquisitivo del salario versus competitividad en apuros: El duelo de las próximas paritarias

El sector industrial representa el ámbito de trabajo de la mayor parte de los asalariados en Argentina. Asimismo, se constituye como uno de los principales sectores de tracción sobre las demás actividades económicas, por ello resulta de vital importancia dar seguimiento a los signos que éste transmite y ajustar la política económica en función de ello.

Dos indicadores relevantes sobre el mismo lo constituyen el salario real de los trabajadores ocupados (medido por el Índice de Salario por Obrero del sector) y el Costo Laboral Unitario medido en dólares. Ambos son importantes, el primero muestra los salarios como ingreso y poder de compra, y es seguido con mayor atención por los trabajadores. El segundo mide la evolución de los costos en términos de mano de obra que enfrentan los sectores productivos, y es seguido con mayor atención por las empresas, pues ayuda a determinar su competitividad y rentabilidad.

Al respecto, tras la crisis ocurrida a fines del año 2001 y la respectiva devaluación monetaria, tanto los costos laborales medidos en dólares como el salario real fueron licuados. Luego se dio un proceso de recuperación de la economía y de dichos indicadores. Así, punta a punta, entre 2001 y 2012, el salario real industrial para trabajadores formales se incrementó en un 68%, mientras que el costo laboral unitario en dólares lo hizo en un 28%.

No obstante ello, la brecha entre el salario real y los costos laborales se ha venido reduciendo en los últimos años, fundamentalmente por los problemas de competitividad que viene enfrentando la economía. Al respecto, información proveniente del Bureau of Labor Statistics (BLU) permite comparar la evolución de los salarios en dólares de Argentina frente a Brasil, encontrando que con la devaluación del 2002 dichos costos horarios se equipararon en ambos países. A partir de allí, estos costos horarios que incluyen los salarios directos, los beneficios sociales y los impuestos relacionados al trabajo empezaron a aumentar significativamente en Argentina hasta llegar en 2011 (último dato disponible) a un nivel que resulta un 65% superior al de Brasil.

Además, en la negociación anual por salarios se ha agregado un nuevo jugador: el impuesto a las Ganancias en su cuarta categoría, que en contextos inflacionarios y sin ajustes automáticos grava crecientemente los salarios. En este sentido, la decisión de subir 20% las deducciones del impuesto, frente a una inflación esperada superior a esa cifra, indica que el Estado ya jugó y que espera aumentar la tajada de los salarios que se lleva con impuestos, introduciendo más presión en la negociación posterior entre trabajadores y empresas. Así, la competitividad o el salario real de los trabajadores o ambos resultarán afectados.

A continuación se presenta la versión impresa de la nota.