Suele vincularse numerosas veces a la innovación con actividades aisladas de los empresarios orientadas a desarrollar nuevos productos y procesos. Sin embargo, debe entenderse a este concepto en un sentido más amplio que involucra no solamente dichas actividades, sino también al conjunto de desarrollos y mejoras incrementales (el conocido “paso a paso”) realizadas en las diferentes áreas de una empresa. Es decir, las innovaciones se generan también a partir de las actividades cotidianas de la firma.
En esa dirección juega un papel clave para el desarrollo de innovaciones el ambiente o entorno empresario, entendiéndose por ello la existencia, el acompañamiento y el vínculo observado entre las firmas y un conjunto de instituciones orientadas al desarrollo de nuevas tecnologías y nuevos conocimientos. Este conjunto de interacciones entre múltiples agentes que influyen sobre la capacidad de innovación en el proceso productivo se conoce como Sistema Nacional de Innovación (SNI).
Este concepto engloba agentes que componen el sistema de ciencia y tecnología como las universidades, laboratorios de investigación y desarrollo o las agencias públicas, y a las interrelaciones que se dan entre ellos. Según datos de la Encuesta Nacional sobre Innovación y Conducta Tecnológica realizada por INDEC en 2005 a empresas industriales argentinas, el 55% de las firmas encuestadas declararon haber mantenido algún tipo de vinculación con el SNI, destacándose las relaciones con clientes o proveedores (43,9%). Entre las instituciones que mantienen una mayor presencia en las empresas manufactureras en materia de innovación se destaca el organismo público Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) con un 23,9%.
En esta visión, la clave del cambio tecnológico está en cómo interactúan y se relacionan los agentes del sistema. Por lo tanto, las instituciones son fundamentales en la dinámica del SNI, son las que dan un marco de acción y determinan los incentivos a los que se enfrentan los agentes. Sin embargo, en la realidad, hay falta de conocimiento y vínculos efectivos entre las firmas y el sistema institucional de apoyo, lo que representa una manifestación de aislamiento en el que están inmersas las firmas.
El reducido vínculo de las empresas con las instituciones y los programas de ciencia y tecnología, no sólo es por falta de conocimiento, sino que en parte se debe a sus deficiencias internas, muchas veces las instituciones no tienen nada que ofrecer a las empresas. Hay un desencuentro entre oferta y demanda de instrumentos de apoyo para el desarrollo de actividades de innovación.
Es imprescindible promover las actividades de investigación y desarrollo por parte de las empresas privadas y a su vez fortalecer la cooperación entre las instituciones públicas y privadas, generando un estrecho vínculo entre firmas, instituciones locales, universidades, centros de investigación, consultores y asesores. De esta manera, se contribuye con el principal determinante del nivel de competitividad real de nuestras empresas: la innovación.
Por Lic. María Constanza Demmel, IERAL de Fundación Mediterránea
