Desde 2003 hasta el presente, los salarios industriales subieron a un ritmo de 18,3 % anual en dólares. Esta fenomenal recomposición de remuneraciones pudo ser absorbida por las empresas por varias razones convergentes: la devaluación de 2002 había dejado un importante “colchón cambiario”; la elevada capacidad ociosa de años anteriores permitió un fuerte avance de productividad con un nivel de inversiones moderado y también porque el gran referente para la industria local, que es Brasil, sufrió un proceso paralelo de fuerte encarecimiento de costos laborales, lo que ayudó a disimular problemas de competitividad locales. Jorge Vasconcelos, IERAL de Fundación Mediterránea.
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