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Exportaciones de pymes industriales, estancadas pese a la devaluación (07/08/2019)
Exportaciones de pymes industriales, estancadas pese a la devaluación

Un estudio privado destaca que la competitividad por vía cambiaria no es garantía de más exportaciones. En la práctica, las ventas externas se mantienen más o menos estables en los últimos años.

La fuerte devaluación del peso que se disparó a mediados de 2018 no fue suficiente para empujar las exportaciones, que hoy permanecen más o menos en los mismos niveles que doce meses atrás. En verdad, se mantienen estables desde 2015.

Así, el mito de la competitividad por vía cambiaria quedó de lado, contrastado con los fríos números. En estos meses, a caballo de la depreciación del peso, apenas se logró transformar en superávit el déficit de la balanza comercial, sobre la base de la caída de importaciones por la recesión reinante, pero no se vio un incremento de las ventas al exterior.   

Ahora un estudio privado viene a confirmar esta aseveración. Entre 2009 y 2019 diez de los trece sectores exportadores relevados por la Fundación Observatorio Pyme registraron una caída de las exportaciones como porcentaje de sus ventas. El relevamiento se enfoca en el desempeño de las pequeñas y medianas empresas industriales exportadoras.

En promedio, las exportaciones correspondieron al 31% de las ventas totales de los sectores pyme en 2009, mientras que ese porcentaje bajó al 22% en 2019 (datos provisorios de los primeros seis meses).

Se destacan los casos del sector autopartista, que pasó en diez años del 48% al 16%, productos de caucho y plástico (48% a 18%), muebles (31% a 4%), así como alimentos y bebidas (34% a 17%).

En contraste, sólo tres actividades tuvieron un mejor desempeño externo en la última década: sustancias y productos químicos exporta hoy el 42% de sus ventas contra 33% en 2009, mientras que vidrio, cerámica y minerales no metálicos alcanza en 2019 el 39% (22% en 2009) y textiles, prendas de vestir, productos de cuero y calzado exporta por un 20% del total, mientras que diez años atrás llegaban al 17%.

Más allá de estos datos, la conclusión más relevante es que la devaluación por sí misma no garantiza un incremento de las exportaciones. "Devaluar no es el camino para competir ni con los países del Mercosur ni tampoco ahora con la Unión Europea", destacó durante la presentación del informe Vicente Donato, director Ejecutivo de la Fundación Observatorio Pyme (FOP).

En la Encuesta Coyuntural a PyME industriales de la Ciudad de Buenos Aires, realizada en octubre pasado, especialistas de FOP indagaron sobre los efectos de la devaluación en el desempeño exportador en dos segmentos, pymes manufactureras y del sector software y servicios informáticos.

No hay diferencias entre ambas en su lectura de la devaluación sobre el aumento de costos de insumos y materias primas importadas, lo mismo que el impacto de la depreciación del peso en el poder adquisitivo de los clientes.

El dato relevante es que mientras que el 12% de las empresas de software señaló que la devaluación mejora sus exportaciones, entre las pymes industriales ese porcentaje cae al 3%. En el mismo sentido, las pymes desestiman el efecto de la devaluación como incentivo a importar bienes o servicios.

En algún punto, esta situación explica que las exportaciones no hayan rebotado el último tiempo. Para Donato es necesario cambiarla matriz exportadora. "Como ocurre, por ejemplo en el sector alimentos y bebidas, pocas empresas exportan mucho pero eso es una debilidad. Lo virtuoso es que muchas empresas exporten relativamente poco" de su producción total, indicó el experto.

Fuente: El Cronista