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Entre lo urgente y lo importante (31/05/2019)
Entre lo urgente y lo importante

La radiografía actual del entramado pyme revela un diagnóstico de situación muy complejo. La gran mayoría de las pequeñas y medianas empresas tiene un papel protagónico en el escenario actual del ajuste. La caída del consumo interno, el aumento de costos y las altas tasas de interés integran un combo que las pone al límite del agotamiento financiero y económico. Claramente esta no es una buena noticia, porque las pymes representan más del 99% de las empresas, 30% del PIB y cerca de 64% del empleo.

Con esta foto de fondo, cuesta mucho salir de la urgencia y pensar en dinámicas de competitividad, productividad o crecimiento a largo plazo, conceptos fundamentales para el fortalecimiento económico. Sólo algunos sectores parecen haber consolidado los brotes verdes, básicamente relacionados con un perfil exportador y cercanos al agro, la economía del conocimiento, la energía o el petróleo.

El Economista consultó a analistas, empresarios, economistas y representantes de diferentes sectores para desentrañar lo que mostraba la radiografía pyme pero también para poder pensar cuál es el camino de salida y las estrategias –propias y de política pública– que podrían dar un golpe de timón hacia el crecimiento.

Rescate

“Las pymes seguiremos siendo gladiadores resilientes”, afirma Pedro Cascales vocero y Secretario de Industria de CAME, mientras señala que se va a requerir una reforma financiera para las pymes que sea perdurable en el tiempo. Daniel Rosato, Presidente de Industriales PyMEs Argentinos (IPA) exige, por su parte, un acuerdo nacional con todos los sectores para recomponer el tejido social.

Vicente Donato, Director Ejecutivo de la Fundación Observatorio PyME describe en detalle el escenario estanflacionario que se prolonga desde 2012, y reconoce una mayor eficiencia del sector, Sin embargo, el especialista revela que “las posibilidades de expansión productiva vía mayor eficiencia competitiva no pudieron ser aprovechadas plenamente debido a la restricción de financiamiento del crecimiento”.

Con y sin fondos

El reclamo de financiamiento es, en la coyuntura actual, una de las principales preocupaciones de las pymes. Pablo Pereyra, Gerente General de Acindar Pymes SGR asegura que las principales necesidades de fondeo son para capital de trabajo. En tanto, Ángela Carulli, Gerente de Banca Empresa del Banco Credicoop, confirma que el financiamiento se utiliza para cubrir los problemas en la cadena de pagos. “Las pymes requieren financiamiento de corto plazo”, destaca.

En este sentido, y a pesar de las urgencias financieras, Ruth Remesnitzky de la consultora Lazos Comerciales describe de qué manera se puede diseñar la mejor estrategia de financiamiento, ajustada a la estrategia comercial y productiva de la empresa.

En tanto, Claudio Saffirio, Subgerente General de Banca Mayorista del Banco Ciudad, explica cuáles son las principales tendencias y necesidades de crédito de las pymes y revela que en el último tiempo aumentaron los pedidos de financiación para exportaciones.

Impulso exportador

Marcos Cohen Arazi, economista del IERALPyME da cuenta de cómo las pymes exportadoras aminoraron su ritmo de caída de ventas y dieron muestras de tibia recuperación en el actual proceso recesivo de la economía interna. Así y todo, entre 2015 y 2018 la cantidad de PyMEx se redujo en torno a 3%.

En tanto, Ezequiel Tavernelli, Director del programa ProPymes de Ternium destaca en una entrevista qué herramientas utilizaron para impulsar la internacionalización de más de 200 pymes Exportadoras entre proveedores y clientes del grupo. Además, explica cómo articular la urgencia con el largo plazo.

Otro de los principales reclamos de las empresas, sobre todo de las pymes, es la infinidad de trámites y el entramado burocrático en su relación con los organismos del Estado. Pedro Inchauspe, Secretario de Simplificación Productiva, le explica a El Economista por qué la simplificación aumenta la competitividad y cuáles son las ventajas de herramientas como la Ventana Única de Comercio Exterior (VUCE) o de la implementación de la factura electrónica de crédito.

 Fuente: El Economista