Soñar no cuesta nada. Si bien las condiciones macroeconómicas distan de ser las óptimas para avanzar en planes de inversión, la posibilidad de incorporar una nueva máquina o línea de producción, ampliar instalaciones, construir una sede nueva o modernizar procesos, es una esperanza que nunca se pierde a nivel de las empresas.
La Voz trasladó este tema, la inversión, a un centenar de hombres y mujeres de negocios de Córdoba para conocer, aún en un contexto recesivo e incierto, qué inversiones desarrollarían si contaran con recursos propios o créditos blandos para financiarlas.
La consulta por WhatsApp planteó siete opciones concretas de respuesta única, que en realidad constituyen el abanico clásico de posibilidades a la hora de tomar decisiones en cualquier empresa, sea una gran compañía o una pyme familiar.
La semana pasada, una encuesta nacional de D’Alessio-IROL había abordado la temática.
Ante la pregunta: “Si tuvieras fondos propios disponibles o créditos accesibles, ¿qué tipo de inversiones realizarías?”, se registraron 113 respuestas. El 42,1% eligió “ampliar u optimizar la capacidad instalada”, lo cual incluye la alternativa de poner una nueva máquina, equipo o línea de producción.
En el siguiente lugar de respuestas se ubicó una preferencia innovadora.
Con el 19,3% de los votos se tildó: “Avanzar en la transformación digital de los procesos internos”. Otro 14% se inclinó por una opción “clásica” como “ampliar o construir una nueva planta o sede empresaria”.
Con el 12,3% quedó la referencia “cosas menores”, lo cual sin dudas marca el nivel de incertidumbre que atraviesa a la economía.
El 8,8% mencionó la intención de incorporar “nuevos medios digitales” para mejorar la comunicación y comercialización de la empresa y un 3,5% indicó que si tuviera los recursos aplicaría cambios “en la estructura de personal y/o el régimen laboral” con el que actualmente funciona.
SOBREVIVIENTES Y ADAPTADOS
“No me sorprende el resultado. Ante una grilla específica de alternativas para destinar esos fondos, el empresariado argentino es capaz de pensar: ceteris paribus (siendo el resto de las cosas iguales) suponiendo un contexto que no puede cambiar, echa mano de su enorme capacidad de reconversión y adaptación”, analiza la economista Nancy Villarruel.
Especializada en análisis de riesgos (y eliminada la alternativa de comprar dólares o invertir en bonos) Villarruel duda sobre qué es lo que haría el empresariado si accediera a créditos. “No creo que necesiten fondos o, quizás, no es lo fundamental. Porque aun con fondos disponibles, si hacen inversiones, y las variables del contexto siguen iguales, ellos ya aprendieron que no es redituable. Es una inversión que cae en saco roto, porque se lo terminan llevando precisamente esas variables que no manejan pero que terminan definiendo si la empresa es viable o no”, apunta.
Entre esas cuestiones que no pueden manejar se encuentran, claramente, la inflación, la carga impositiva, el costo laboral y el dólar, además del contexto político, describe. “Nuestros empresarios llevan años lidiando con vaivenes políticos y desajustes económicos, y ha sobrevivido la mayoría. No necesitan dádivas que luego coarten sus decisiones empresariales. Ellos saben cómo generar fondos, el Estado es quien debe permitírselo”, complementa.
Víctor Pévere, un industrial del rubro plástico de Villa María, mantiene una política de reinversión en su Pyme pese al contexto.
“Nuestro caso es particular, vemos un aumento de pedidos y por eso seguimos incorporando más maquinarias para hacerle frente a la demanda. También realizamos inversiones que no podemos pasar por alto para crecer. Es un país complicado, pero si compro una máquina en el peor de los casos si se corta la producción se desenchufa y listo. Pero soy por naturaleza optimista y no me ha sucedido”, comenta el titular de Juntamás.
Agustín Roberi, director de Alladio, interpretó que la preferencia por invertir en equipos y líneas es algo innato al industrial, máxime en un momento (no es el caso de su empresa, aclara) donde las fábricas retrasaron actualizaciones y pueden encontrarse con necesidades puntuales.
EL MUNDO DIGITAL
El empresario del rubro tecnológico Jorge Nieves observa en la confluencia de la necesidad de inversiones para transformación digital de procesos internos y también en la comunicación para mejorar las ventas, dos señales alentadoras de cara a los nuevos tiempos. Sumadas, ambas opciones casi llegan al 30% de las preferencias.
“Lo típico es que el empresario tradicional mire lo tangible más que lo digital pero es muy bueno que lo mire como opción de inversión. Las empresas que no han recorrido un camino hacia la digitalización de sus negocios miran como primer paso la comunicación digital, si bien es un escalón inicial, denota algún grado de inmadurez”, comenta el ejecutivo de Vortex IT.
Para Nieves, es necesario determinar si, por ejemplo, eventuales ampliaciones de plantas “incorporan ítems de la industria 4.0, robotización, internet de las cosas”. “Es muy bueno que haya gente pensando en inversiones digitales, pero igualmente es un momento donde invertir no está en la cabeza de muchos”, evalúa.
En cuanto a la inversión en rubros digitales, Roberi la consideró “inevitable” aunque quizás “se produce de un modo más natural y orgánico, no hay opción, es necesario hacerlo”, explicó.
“El canal comercial en Argentina tiene que trabajar mucho en eficientizar el e-commerce y creo que lo está haciendo”, señala Roberi. Quienes producen bienes y no venden directamente al público también pueden utilizar estas herramientas para establecer precios de referencia o simplemente mejorar la comunicación sobre las características de productos y servicios.
La fábrica de Luque, por ejemplo, trabaja en un sitio de e-commerce vedado a transacciones minoristas, pero donde sí estarán listados todos los productos con sus valores. La venta seguirá en manos de la cadena comercial.
Fuente: La Voz
