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El camino hacia la conversión digital (18/05/2017)
El camino hacia la conversión digital

Facundo Vázquez, Mario López y Augusto Fernández Villa fundaron en 2014 un estudio dedicado a la creación de empresas de servicios financieros basados en la innovación digital. Para fin de este año, prevén facturar $ 22 millones.

Facundo Vázquez, Mario López y Augusto Fernández Villa, cofundadores de Poincenot.

Aunque la industria financiera argentina sigue siendo bastante rígida y convencional, poco a poco, emergen emprendimientos que se apalancan en la tecnología para revertir el panorama actual. Concebida formalmente en junio de 2014, Poincenot integra este grupo. Con un core de negocio que es parte de una de las mayores tendencias globales del momento -el mundo fintech-, los creadores interpretan a la apuesta como una company builder que apunta a idear soluciones de innovación. 

A pesar de concentrarse en el presente en el fintech, quienes están detrás de Poincenot aclaran que la pyme nació con una misión a largo plazo: guiar el camino de cualquier industria hacia su digitalización. “Sabemos que no es cosa sencilla y que se necesitan muchísimos recursos. La delantera siempre viene de la mano de alguien que domina la tecnología fuertemente. No la lleva adelante el mismo rubro, sino que la protagoniza un actor por fuera de él”, analiza Facundo Vázquez, cofundador y CEO de la firma, mientras añade: “Con roles interdisciplinarios, buscamos producir sinergia para alcanzar la conversión, o aún mejor, dar paso a proyectos inexistentes”.

En cuanto al modelo de negocios, Vázquez explica que dan origen a productos que luego se traducen en empresas nuevas que poseen su propia gestión y obtienen madurez para autogestionarse. “Cuando empiezan a funcionar, las prescindimos de Poincenot para evitar transformarnos en una de ellas”, sostiene el entrepreneur. Así, estas pymes hijas son creadas, incubadas, desarrolladas, y cuando están listas para pegar el salto, se escinden, y Poincenot sigue siendo dueño y accionista de ellas.

“Una vez que adquieren autonomía, estalecemos las pautas en base a lo que deseamos lograr, antes de hacer la inversión. Un ejemplo de ello puede ser la regionalización con cierto volumen de cartera y valuación en el mercado. Cuando cumplen los requisitos, se inyecta dinero para acelerarlas hasta superar los dos break even”, cuenta Mario López, cofundador y director Comercial de la organización. “El proceso comienza con un ciclo de exploración del Producto Mínimo Viable (PMV), seguida por la configuración del equipo y la evolución de los retos típicos que se presentan a la hora de crecer”, detalla. 

Para Augusto Fernández Villa, cofundador y COO de Poincenot, este posicionamiento resuelve dos problemas recurrentes: "De esta manera, no crecemos en tamaño, pero sí extendemos el negocio. Por otra parte, esta situación trae como consecuencia el denominado ‘plan de carrera’. El hecho de involucrarse en el proceso de formación de la iniciativa hace que el día de mañana la persona puede hacerla funcionar y eventualmente ser uno de sus directores. Considero que este plan supera con creces a cualquier otro”.  

Y todo esto no se dio por azar. Las tres cabezas de la propuesta afirman que la iniciativa no surge de la prueba y el error, sino de una fina delimitación de hacia dónde querían conducir la compañía. “Arrancamos con una idea concreta, escribiendo los valores de la misma y su visión desde antes de ponerla en marcha”, señalan los socios, que cuentan con el apoyo de Andrés Meta, reconocido empresario y accionista de Banco Industrial, del cual Poincenot es partner. Recientemente, acaban de lanzar en forma conjunta un programa de innovación para acelerar a start-ups fintech.

Poincenot crea empresas nuevas que poseen su propia gestión y obtienen madurez para autogestionarse.

Durante los primeros meses, pusimos el foco en la cultura. Con trayectorias variadas y provenientes de grandes corporaciones y cooperativas, discutíamos mucho qué tipo de empresa queríamos tener, de qué forma incorporaríamos la innovación y cómo evitaríamos caer en las zonas de confort”, se remonta a los inicios López. 

Entre los proyectos lanzados por Poincenot, se encuentran Btrader, herramienta que simplifica la experiencia de inversión en la Bolsa y el seguimiento de cotizaciones bursátiles desde el celular, y Do.it, un ecosistema de aplicaciones financieras de mobile banking con capacidad de impulsar nuevos negocios. Asimismo, MoneyOnline (MOON) es otra de sus ideaciones. Se trata de una plataforma en línea de préstamos de capital de trabajo orientada a pymes y autónomos. Este servicio puede prestar hasta $ 500.000 en plazos de entre 30 y 180 días y otorgarlos en solo 48 horas, mediante un sistema de datos completamente automatizado.

Los planes futuros contemplan llevar a Poincenot a San Francisco, los Estados Unidos, y expandirse al resto de la región. Asimismo, adelantan que en unos años les encantaría incursionar en la industria automotriz. Igualmente, consideran que el país vive en la actualidad un momento lleno de oportunidades que no pueden desaprovecharse.  

Datos del sector

Los números del mercado fintech dan cuenta de su crecimiento. En el mundo, el sector ya atrae al 80% del capital de riesgo. Según un estudio de Innovate Finance, las inversiones globales incrementaron 10,9% en 2016, respecto a 2015, lo que significó que el rubro llegue a los u$s 17.400 millones, sinónimo de un total de 1436 acuerdos. China lidera la tendencia, con u$s 7700 millones en inversiones, seguido por los Estados Unidos, con u$s 6.200 millones.

El montañismo como un inspirador

La metodología de trabajo y toda la cultura organizacional de este joven estudio se basa en la filosofía del montañismo. Desde su nombre hasta el más mínimo detalle de diseño, están atravesados por los valores de esta actividad. Antes de empezar a operar, la planta se tiró abajo y se construyó enteramente desde cero. "Cuando tenemos reuniones del managment team, volvemos a los documentos fundacionales para ratificar las decisiones que tomamos y apoyarnos en estos valores”. asegura López.

La metodología de trabajo y toda la cultura organizacional de este joven estudio se basa en la filosofía del montañismo.

Tras ingresar al piso de oficinas de Poincenot -ubicadas en el microcentro porteño-, se puede observar la intención de sus creadores al darle un sentido y una coherencia. El orden de las salas no es aleatorio. Por el contrario, se hallan concadenadas de manera lógica. El hall de entrada posee un amplio mural con paisajes montañísticos -que es lo primero que se ve al bajar del ascensor- en donde se hallan expuestos los valores de la compañía, coincidentes con los del montañismo. “El bosque”, “el mirador” y “el refugio” son los nombres de otros espacios, desde los cuales el staff de Poincenot le da vida a los proyectos que realizan. 

Ficha técnica

Lanzamiento: 2014.

Inversión inicial: u$s 350.000.

Facturación 2016: $ 12 millones. 

Empleados: 24.

Facturación proyectada para 2017: $ 22 millones. 


Fuente: El Cronista