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Cómo gestionar el día a día en épocas de turbulencia (18/08/2019)
Cómo gestionar el día a día en épocas de turbulencia

"Esto ya lo vivimos varias veces en nuestra historia”. La frase fue muy repetida entre los empresarios luego del cimbronazo del dólar y las tasas de interés que siguieron al resultado de las Paso. De hecho, esta es la cuarta corrida desde abril del año pasado, cuando comenzó la crisis financiera.

En la actividad diaria se vio de todo: desde una paralización total por no tener precios a una urgencia por vender a valores “viejos” para hacerse de liquidez.

Para el consumidor, los planes en cuotas sin interés siguen, pero el financiamiento para las empresas es inaccesible, con tasas superiores al 80 por ciento. Las medidas que se anunciaron no mejoraron el ánimo, porque los empresarios piden líneas para descuento de cheques y capital de trabajo.

Cuidar al consumidor

“Cuando subimos los precios, las ventas se frenan. Por eso tratamos de acordar con los proveedores. Hay empresas que venden sin actualizar listas, otras que nos pasaron aumentos del 15 al 25 por ciento, y otras que todavía no venden”, cuenta Víctor Palpacelli, de Almacor y presidente de la Cámara de Supermercados de Córdoba.

En su negocio se mantuvieron condiciones de pago y tratan de no estirar en el tiempo las subas. “Tenemos que recuperar las unidades perdidas, porque se nos hace difícil sostener las estructuras”, advierte. Y agrega el descalce que implica el pago inmediato a proveedores, con liquidación de las tarjetas a 18 o 60 días.

Alberto Cañón, vicepresidente de Fedecom y miembro del Centro Comercial de Río Tercero, describe una cuadro similar. “Venimos con 17 meses de caída de ventas. Todos los centros estamos con campañas, descuentos importantes de contado para hacerse de efectivo”, explica.

El empresario tiene las Cabañas Gonaró y comenta que no es un sector tan golpeado, pero a costa de una menor rentabilidad. “Desde diciembre no tocamos los precios; si aumentamos, no alojamos a nadie y tenemos que seguir pagando impuestos, energía y empleados”, dice.

Más apremiante es la situación de la salud, debido a los altos costos y la desactualización de los financiadores, como Pami y Apross. Las clínicas privadas presentaron un procedimiento preventivo de crisis ante el Ministerio de Trabajo provincial para diferir el aumento salarial acordado en el convenio.

“El 10 por ciento de julio no lo pudimos pagar y muchas deben aportes y contribuciones”, advierte Ignacio Escuti, de Clínica Romagosa y de la Asociación de Clínicas y Sanatorios (Aclisa).

En otros rubros, en cambio, están aprovechando para vender a clientes que tienen ahorros y quieren comprar antes de que los precios reflejen el dólar a 60 pesos.

“Las propiedades valen 25 a 30 por ciento menos en dólares. Nuestros precios siguen en pesos, sólo subimos cinco por ciento el viernes. Los costos en dólares bajaron. Pedimos a nuestros vendedores que muestren la oportunidad del ladrillo. Creo que este mes vamos a vender el doble o el triple que otros meses”, puntualiza Fernando Reyna, de Grupo Edisur.

Algo parecido sucedió en las casas de electrodomésticos, como Ama Hogar. Su titular, Luis Méndez, dice que en los primeros días después de las Paso las ventas fueron récord y ya cumplieron los objetivos de agosto. “La gente aprovecha los precios que no subieron y el financiamiento del Ahora 12”, explica.

En los autos, sigue el plan subsidiado que comenzó en junio. “Estuvimos un par de días paralizados, pero el miércoles las fábricas mandaron las listas con aumentos de 10 por ciento, menor a la devaluación. Ahí empezamos a hacer operaciones a buen ritmo, tanto en cero kilómetros como en usado. Es gente que tenía dólares y ahora le conviene”, comenta Leandro Pagnone, de Autocity.

Delicado equilibrio

En el sector de la alimentación, Ercole Felippa, de Manfrey, recuerda que los costos de la producción de leche están casi dolarizados.

“Hay un aumento importante que no se puede trasladar al mercado interno. Necesitamos preservar la liquidez, las cobranzas siguen, pero hay demoras en el sector público municipal”, señala.

Agrega que la cooperativa tiene deuda en dólares, por lo que están tratando de redireccionar ventas de leche en polvo a la exportación para tener divisas. En tanto, continúa la obra de ampliación de la planta de leche larga vida, que se inaugurará en octubre.

Por su parte, Natalia Heyd, de Gráfica Latina, dice que están revisando la situación financiera en detalle. “No dejamos de producir, entregar, ni vender, pero por tres días no pudimos pasar precios. El dólar impacta en nuestros costos y cotizaciones, con aumentos del 15 al 19 por ciento”, cuenta.

Los proveedores algunos están entregando sin precio. También estamos acelerando cobranzas y acordando nuevas condiciones”, puntualiza.

Entre los metalúrgicos, el aumento del dólar tuvo una incidencia inmediata. “Nosotros vendemos obras, que llevan más de 90 días. Hace dos meses, vendimos con un dólar de 32, tuvimos que comprar chapa a 36 y ahora supera los 55. Tenemos que encontrar un dólar intermedio entre insumos y mano de obra”, sostiene Luciana Mengo, de Silos Mengo.

Aunque no perdieron operaciones, la firma atraviesa complicaciones en la reposición de materia prima, porque “los proveedores no están cotizando o cobran el día de la entrega”.

Al vender al sector agropecuario, pueden calzar los presupuestos con granos, pero no es posible financiarlos a corto plazo. “Con obras de 12 millones de pesos”, grafica.

Francisco Vaccaro, de Grupo Serin, coincide en la dificultad de comprar acero y materiales de la construcción, pero afirma que la empresa sigue vendiendo porque necesita fondos.

“Tengo mercadería importada que está llegando, con compromisos de compra de más de un millón de dólares y no sé qué hacer. Muchas veces se pudieron anular, pero desde afuera ya nos miran mal”, remarca.

Otro empresario que conoce de distintos sectores es Daniel Parodi, quien comenta las diferentes realidades que atraviesa.

“En la industria, Karikal está muy complicado porque nuestros insumos son importados en 30 o 40 por ciento. En el hotel Quorum seguimos con los precios históricos, esperando a ver qué pasa. En cambio, en el real estate (negocio inmobiliario) seguimos construyendo. En Ciudad Empresaria atendemos a grandes corporaciones y muchas tecnológicas que ahora son más competitivas y piden más metros”, ejemplifica.

En tanto, el auto eléctrico Volt Motors sigue avanzando para entregar unidades, “todo con capital propio”.

Consejo: cuidar el capital de trabajo

Durante días de inestabilidad, sin precios de referencia y con incógnitas sobre el futuro, la prudencia y revisión de los números se impone en las empresas.
Daniel Scandizzo, titular Axiabiz Consulting y docente universitario, resalta que, ante una caída de ventas, aumento de costos y baja de rentabilidad, la forma de defenderse es con el capital de trabajo. Y alerta sobre prácticas que pueden complicar la situación financiera futura.
Stock. “Cuando el dólar sube, es común que las empresas salgan desesperadas a stockearse. Pero cuidado si no saben si van a poder vender después. Hay que analizarlo bien”, ejemplifica.
Ventas. Reconoce como una buena estrategia las ventas “última oportunidad con dólar a 45”. “Son casos de negocios que saben que después les va a costar vender. Así, se hacen de fondos y liquidan stock. Las empresas tienen compromisos de pago y gastos que tienen que cubrir”, explica.
Cadena de pagos. Por el contrario, alerta sobre las ventas que se generan con financiamiento, que pueden provocar un descalce. “A veces, es mejor vender de contado con un descuento agresivo, que financiar y luego no cobrar”, dice.
En el sector agropecuario, por ejemplo, las listas de precios están en dólares y se siguió trabajando. “Parece que no hubiera riesgo, pero el problema puede ser la alteración de la cadena de pagos si se vende a plazo”, subraya.
Servicios. Para las empresas que trabajan en pesos, sugiere revisar todos los presupuestos que no estaban aprobados hasta que haya valores de referencia.
Scandizzo asesora a firmas de software que contratan personal en forma permanente. En este rubro, señala que es mejor esperar hasta que los contratos se hagan efectivos.
Dolarizados. Para las empresas exportadoras, que ahora mejoran sus ingresos en dólares, recomienda recomponer la salud financiera, cancelar deudas o ampliar los plazos.
Monitoreo. “No hay excusas” para que las empresas no profesionalicen su gestión financiera: “Deberían tener un tablero de alertas tempranas. No sólo ver cuánto vende y sus costos, sino el impacto de las inversiones, el manejo de stock y proyectar flujo de fondos”.

Fuente: La Voz