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Clústers: una asociación virtuosa (10/05/2018)
Clústers: una asociación virtuosa

La creación de aglomerados industriales y polos productivos regionales favorecen la competitividad y la innovación. Cómo formar parte de estas uniones corporativas que ayudan a escalar a las empresas.

Empresas de igual sector compiten por una porción del mercado. Pero muchas trabajan juntas y se fortalecen. Los clústers, conglomerados que construyen productividad, se agrupan por actividad y región. "Debe haber voluntad de asociación", aclara Federico Vaccareazza, director y economista de Industriales Pymes Argentinos (IPA). En la Argentina, dice Vaccarezza, según el Ministerio de Producción, hay 50 clústers industriales que reúnen a 10.000 firmas. 

Aglomerados del agro

Para promover la industria semillera, por iniciativa del Ministerio de Agricultura y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), se formó, en 2009, el clúster de Venado TuertoPergamino, que abarca a 850 empresas. De ellas, unas 600 son pyme, calculan. Para pertenecer a él, basta estar radicado en la zona. "Se accede al plan de mejora competitiva que incluye capacitaciones e información clave", explica Inés Spiatta Coronel, coordinadora del eje. El financiamiento es un beneficio: existen aportes no reembolsables que otorga el Prosap.

El Clúster Empresarial Cideter de la Maquinaria Agrícola (CECMA) es otro conglomerado del agro: reúne a fabricantes de maquinaria, agropartistas y 860 empresas afines de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y la zona norte de Buenos Aires. Se formó en 2006 y el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico Regional (Cideter) fue designado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología como unidad coordinadora.

El Cecma tiene objetivos precisos, dice María Isabel Borghi, su gerente: que el 20% de la producción se exporte, reducir entre un 15 y 20% los costos de producción y contar con un Centro Tecnológico Regional que funcione como Unidad de Investigación, Desarrollo e Innovación. "No son solo de cursos –capacitamos a 1200 personas por año. Creamos nuevas tecnologías", afirma. Anualmente, se organiza una feria, Agroshowroom, donde exponen 100 máquinas. Entre 2006 y 2014, las exportaciones pasaron de 11,9% a 31%.

En 2001, 10 empresas tecnológicas se asociaron para posicionar a Córdoba como polo y surgió Córdoba Technology Cluster (CTC), integrado por 270 firmas, universidades y más actores del ecosistema. "El fin tiene que ver con la formación de RR.HH. y la adecuación de la oferta académica a las necesidades de la industria", destaca Pablo Gigy, secretario del CTC.

En total, emplea unas 12.000 personas, sin contar a las multinacionales, según el relevamiento del CTC. Gigy también es director y fundador de Macena, firma dedicada al desarrollo de soware para la salud, con más de 20 años en el mercado. Hace cinco se asoció al clúster y admite: "Certifiqué normas de calidad y me inscribí en el Régimen de Promoción de la industria del Soware, cosas que no había considerado".

The Fuzzi Fish es un soware factory cordobés que emplea a 12 personas y factura unos $ 3 millones anuales. Lucas Romagnoli, su CEO, asegura: "CTC nos ayudó a potenciar conocimientos y sacar la cabeza fuera del agua", cuenta el CEO, que empezó participando en las reuniones de comisión, donde hablaban de actualidad, se relacionó con otros empresarios, y descubrió que algunos problemas no eran propios de su firma, sino del sector, por lo que había soluciones que podían tomarse en conjunto.

Un fenómeno que crece

Según Martín Rappallini, presidente de Red Parques, la tendencia es que las compañías migren a parques industriales, la nueva manera de organizar a las urbes y controlar el medioambiente. Que las empresas estén concentradas un una zona delimitada mitiga la contaminación.

Además, asegura Rappallini, estar en un parque industrial les permite reducir costos a las firmas: "Los servicios son más baratos porque quienes los proveen bajan los precios por estar sus clientes en un mismo área y se reducen los costos de traslados porque en un mismo sitio está todo lo que una empresa necesita". 

Vaccarezza, de IPA, participó en la creación del Polo Mueblero de Hudson que, además de clúster, es un parque. "No solo la calidad y el precio hace a la competitividad. Hay factores estructurales, como el transporte o la carga impositiva, que impactan", sostiene.

Según Vaccarezza, los parques son la concentración geográfica de la producción. Por lo general, dice, las firmas que los integran son de distintos rubros y son pocas las que se especializan en una actividad: "Desde de los '90, empezaron a abrirse donde cerraban fábricas, que dejaron vacantes enormes predios". Para crear empleo, los municipios seccionaron los terrenos y allí se radicaron pequeñas empresas. Así, se pasó de 90 parques industriales, a principios de los 2000, a casi 400. 

Como casos interesantes, el especialista enumera al Parque Industrial de Pilar, el de Ezeiza y el de Berazategui. "Berazategui pasó de ser una localidad dormitorio de Quilmes a ser la ciudad con más parques industriales del país; tiene 12 entre parques, miniparques y zona industrial planificada", resalta. Según la Asociación Red Parques, casi el 40% se concentran en Buenos Aires, 18 de las 24 provincias del país tiene su Ley de Parques y el 80% son pymes.

Steel Plastic es una firma familiar con 72 años de historia. Empezó como una metalúrgica, en La Paternal, hasta que en los '60 se volcó a la fabricación de productos en PVC. En 1998, dejaron sus dos plantas, y se mudaron a un predio de 12 mil metros cuadrados. "La coordinación y planificación de dos plantas se volvió insostenible. Todo era muy ineficiente", dice Paulo Stellatteli, su titular. Y se explaya: "Nos permitió planificar el crecimiento. Cuando uno encara un proyecto nuevo, implica más gente, más fuerza motriz, más materia prima almacenada y, por ende, la necesidad de más espacio".

Mayor espacio es sinónimo de rentabilidad. Desde su mudanza, Steel Plastic, aumentó su productividad: ahora, la planta funciona todo el día. Además, duplicaron la cantidad de máquinas; arrancaron con ocho y hoy tienen 25 líneas de producción, aumentaron su volumen y desarrollaron nuevos productos. Hoy, emplea a 60 personas y en 2017 facturó cerca de $120 millones.

Un fenómeno habitual que posibilita la proximidad en los Parques Industriales es que el vecino se convierta en un cliente o proveedor "En el Parque Industrial Ezeiza, hay una fábrica de muebles de oficina que el 80% de los encargos de los últimos dos años son de empresas del parque", cuenta. 

Fuente: El Cronista