Novedades

Encuesta
Claves para innovar sin fallar en el intento (16/05/2018)
Claves para innovar sin fallar en el intento

Si a una industria le llevaba 75 años sufrir un cambio radical hace un siglo, hoy tarda de 10 a 15 años. En 2030, podría llegar a ser transformada en cinco o siete años. Claves para no quedarse afuera. Por Patricio Guitart, del Centro de Educación Empresaria en Udesa.

Pablo estaba preocupado. El curso sobre innovación le había mostrado la peor cara del futuro. Su sector estaba cambiando y el modelo de negocios de su empresa podía quedar obsoleto. Pablo dirigía una firma de servicios para la agroindustria, atendiendo a productores desde la Pampa hasta Salta.

Se sorprendió al saber cómo nuevas empresas están innovando. Desde La Rotonda, plataforma donde productores y empresas pueden interactuar con servicios agropecuarios en simultáneo, pasando por Agroads, e-commerce con 380.000 usuarios agropecuarios de semillas y agroquímicos, hasta llegar a empresas como Memphis Meat, que buscan producir alimentos a través de células animales.

En casi todos los sectores, hay cambios radicales. Si a una industria le llevaba 75 años sufrir una transformación hace 100 años, hoy le lleva 10 a 15 años. En 2030, una industria podría llegar a ser transformada en cinco a siete años. Para algunas organizaciones estos cambios son una oportunidad; para otras, una amenaza.

Tras conversar con empresarios, Pablo se dio cuenta de que para aprovechar las oportunidades del mundo VUCA (Volátil, incierto, complejo y ambiguo), necesitaba pensar diferente y tratar de evitar la resistencia a lo nuevo. Se necesitan replantear principios de management arraigados en su empresa. Pablo tomó impulso para presentar estos cambios al directorio en un documento que llamó Manifiesto de Innovación.

Acá, los puntos más relevantes de este documento:

Explorar más que planificar: El pasado ya no explica el futuro. La planificación responde a un modo "lineal" de pensar, donde el resultado es más de lo mismo. Hay que experimentar para encontrar nuevos espacios de mercados.

Co-crear: Se debe crear valor, integrando a colaboradores, proveedores, canales, clientes y accionistas, para ponerlo en agenda como paradigma de gestión. El ADN está programado para optimizar los recursos, lograr eficiencia y ser más productivos, y no para crear, innovar, experimentar o aprender. La orientación se basa en el día a día, la operación y el corto plazo.

Inspirar más que alinear: Para lograr resultados innovadores no se deben utilizar conceptos de "alineación". Hay que inspirar y movilizar a las personas hacia un camino de transformación, logrando un impacto con un sentido de pertenencia. Las nuevas generaciones piden a gritos que las organizaciones sean más flexibles y se organicen en red.

Aprender más que controlar: Instaurar un ámbito de aprendizaje y transparencia para crecer y mejorar con creatividad.

Adaptar más que mantener: Preparar a la empresa para lidiar con desafíos, donde las preguntas no tienen respuestas o una única solución, y se requiere una revisión de los hábitos.

El directorio aprobó el proyecto de transformación para los próximos 10 años y definió un enfoque dual: mantener el eje en el negocio actual, ser eficiente, asegurar resultados de corto plazo, al tiempo que se impulsa un espacio flexible, con equipos diversos, para explorar y crear iniciativas innovadoras.

Pablo sabía que estaba dando los primeros pasos. Había que lidiar con el directorio que empezaba a pedir resultados, pero tenía fe en que la innovación iba a llegar. Se acordaba de una reflexión de Roberto Cannesa, sobreviviente de la tragedia de los Andes: "No importa si estás perdido, mientras sepas a dónde vas". En el mundo VUCA, hay que perderse un poco más.

Fuente: El Cronista