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Pymes: triple dosis y consejos para inmunizarse (07/02/2021)
Pymes: triple dosis y consejos para inmunizarse

Transitando ya el segundo mes de un año que promete ser tan incierto y complejo como el anterior, no aportamos nada novedoso si persistimos en el análisis del impacto de la pandemia (y de las herramientas utilizadas para hacerle frente) sobre la situación de las pequeñas y medianas empresas.

El cisne negro que apareció en el radar de la humanidad trajo zozobra y angustia, pero la lucha para cambiar lo que pasó está perdida.

Sin embargo, aún hay posibilidades –y no pocas– de resistir y hasta de salir fortalecidos del escenario que se avecina. ¿Cómo se logra?: inmunizando.

Sí, las empresas también deben vacunarse y en especial las pymes, que constituyen el principal “grupo de riesgo” económico. Las tres dosis para estos tiempos de confusión son: foco en la caja (con ojo clínico); gestión muy efectiva del capital de trabajo (con la precisión de un cirujano); y seguimiento de las variables del contexto (mediante alertas permanentes).

La triple dosis es muy necesaria, pero no alcanza por sí sola. Debe estar acompañada de un conjunto de recomendaciones (podríamos llamarle tratamiento), si pretendemos recuperar o mejorar la salud financiera de nuestra pyme. Vamos por ellas:

1. Priorizar la caja proyectando un cash flow trimestral.

2. Mantener siempre una reserva de liquidez ante una eventual “recaída”.

3. Establecer el ciclo de conversión de caja (tiempo que va desde la fabricación o compra de productos hasta la cobranza a clientes) como indicador clave de referencia. En el caso de empresas de servicios, poner énfasis en la productividad.

4. Implementar un “presupuesto base cero” para detectar costos innecesarios (técnica que consiste en justificar cada erogación desde cero).

5. Emitir un reporting financiero periódico para monitorear el desempeño e identificar “síntomas de riesgo”.

6. Apelar a la deuda para revitalizar la caja (siempre que se acceda a condiciones favorables) y perder el temor a operar en la Bolsa.

7. Implementar un tratamiento de shock contra los activos fijos improductivos (léase, desprenderse).

8. Monitorear “minuto a minuto” el nivel de financiamiento a los clientes, estableciendo un objetivo de plazo promedio de cobranzas.

9. Nunca relajarse con el control del stock de productos. La tendencia a acumular mercaderías como forma de anticiparse a subas de precios puede ocasionar altos costos financieros.

10. Alinear la administración tributaria con la gestión financiera, priorizando la recuperación de créditos fiscales.

11. Colocar excedentes transitorios de caja en alternativas de liquidez inmediata como fondos comunes de inversión del mercado de dinero.

12. Priorizar proyectos de inversión en digitalización y automatización.

Recomendación final: una empresa no sobrevive o se hace grande por la aplicación de un sintético vademécum de sugerencias, pero solo gestionando con amplitud y agilidad podremos sobrellevar los riesgos.

Fuente: La Voz