El funcionario destacó que “lo que hicimos apenas asumimos fue reorientar todas las herramientas del banco a las PyMEs, que venían golpeadas por condiciones macroeconómicas especulativas”.
“Primero lanzamos líneas para capital de trabajo y pago de salarios durante los momentos más difíciles de la emergencia sanitaria y, a partir de la reactivación de las actividades, las asistimos con créditos de inversión a largo plazo y prefinanciación de exportaciones para la generación genuina de divisas”, dijo De Mendiguren, según consignó un comunicado de prensa.
Al respecto, De Mendiguren explicó: “A fines de 2019, el banco mostraba una situación muy comprometida”, ya que la gestión anterior lo había orientado “hacia un modelo enfocado en proyectos de infraestructura que resultó inviable y la grilla de tasas expulsaba al sector productivo”.
En cifras
Durante 2020 el banco público redujo el monto del crédito promedio hasta 45%, lo que permitió aumentar la cantidad de pymes asistidas.
“Por primera vez en su historia el BICE lanzó líneas de capital de trabajo para el pago de salarios”, con las que desembolsó $ 3.000 millones a fin de reducir el impacto en la cadena de pagos en el comienzo de la pandemia, agregó el comunicado.
Por otra parte, BICE Fideicomisos a través del Fogar (Fondo de Garantías Argentino) del Ministerio de Desarrollo Productivo, administró $ 120.000 millones para garantizar el pago de sueldos, a través de avales que otorgó a todos los bancos del sistema financiero.
Luego, con la apertura gradual de las actividades económicas, el banco lanzó créditos por $ 2.000 millones (20% para empresas lideradas por mujeres) para inversión productiva con hasta 7 años de plazo y dos de gracia, y tasa bonificada durante los primeros tres años.