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La creación de Clusters como política de crecimiento económico (27/10/2011)
La creación de Clusters como política de crecimiento económico

Por Gabriel Baralla, IERAL de Fundación Mediterránea

Con el propósito de fomentar el desarrollo y la sustentabilidad de las PyMEs, a partir de la crisis de 2001, se han promovido en Argentina algunas políticas de articulación productiva siguiendo un enfoque de clusters. Estas estrategias de desarrollo, que han ido implementándose en diferentes países de la región latinoamericana en las últimas dos décadas, fueron impulsadas por trabajos académicos de autores como Michael Porter y por la experiencia internacional como es el caso de los distritos industriales italianos.

En términos de Porter se entiende por clusters a “las concentraciones geográficas de empresas interconectadas, proveedores especializados, proveedores de servicios, empresas en sectores próximos, e instituciones asociadas (como por ejemplo universidades, agencias gubernamentales, asociaciones empresariales, etc.) en ámbitos particulares que compiten pero que también cooperan”. 

Esta definición trasluce que el crecimiento y el desarrollo de las empresas de un sector productivo en un área geográfica delimitada, se promueve a partir de la vinculación de las empresas, tanto horizontal como verticalmente, y por la articulación de estas firmas con instituciones gubernamentales y de conocimiento. De esta manera, los clusters se caracterizan por un clima de interacción entre diferentes entidades, de forma tal que se realice trasmisión de conocimientos, aprendizaje en conjunto y desarrollo de ventajas y externalidades que permiten a las empresas generar ventajas competitivas y así impulsar el progreso de diferentes sectores productivos. 

Cabe remarcar que este enfoque de vinculación no es excluyente para sectores ya desarrollados, sino que tiene un alto potencial para promover la actividad empresarial. En este sentido, es determinante el apoyo que el sector público brinde a este enfoque productivo a través del diseño e implementación de políticas de fomento. En esta línea, CEPAL publicó un documento de trabajo denominado: “Clusters y políticas de articulación productiva en América Latina”, el cual recopila la experiencia en materia de políticas de promoción de clusters en Argentina, Brasil, Chile y El Salvador. 

Una de los principales resultados a los que arriba el mencionado estudio es que los cuatro países bajo análisis tienen en común la existencia de un rol activo por parte del Estado como oferente de herramientas y financiamiento para fomentar la creación de clusters. Además, se destaca la incorporación de agentes intermediarios entre la oferta pública de incentivos y las firmas. Estos intermediarios, entre los que se encuentran instituciones de investigación o universidades, tienen el fin de mejorar las gestiones de los programas.

Por otra parte, para el caso particular de Argentina, en el estudio se relevaron diez programas de asistencia técnica y financiera diseñados con el propósito de desarrollar clusters. Estos programas se vieron obstaculizados por una serie de dificultades del entorno económico: volatilidad del contexto político e institucional, descompensación en apoyo financiero y tiempo de actuación, restricciones en el acceso al crédito de corto y mediano plazo, escasez de recursos con formación adecuada y limitada continuidad en el apoyo para consolidar la dinámica asociativa, entre otros.

En conclusión la creación de clusters constituye una poderosa herramienta de articulación productiva para estimular el crecimiento de la producción y el empleo. Sin embargo, debe tenerse en consideración que, para que un cluster sea exitoso, es necesario generar transparencia y predictibilidad en las relaciones, estabilidad de las instituciones políticas y económicas, apertura hacia vínculos externos y control de las posibles asimetrías que existieren.