Fide (Fundación Incubadora de Empresas) fue la primera incubadora del país, nacida en 1997; mucho antes de la explosión del ecosistema emprendedor cordobés que la tecnología viene apalancando en los últimos años. Y hoy, en medio de ese universo en expansión, sigue manteniendo una línea que la diferencia: apuntar a un perfil de emprendedor más amplio y heterogéneo que el que tiene cabida en otras incubadoras.
Así, sus convocatorias suman al emprendimiento de “base tecnológica” a otros dos tipos: proyectos de “diseño aplicado” y de “energías renovables”. En 2018 incorporó una línea de incubación abierta de mayor amplitud destinada a potenciar negocios “tradicionales” con base en la ciudad de Córdoba: servicios profesionales y comercios de distinto tipo. La estrategia está en línea con su misión de arranque: impulsar proyectos que permitan hacer crecer la economía de la ciudad y, dentro de ella, el empleo.
Fide fue creada en conjunto por la Municipalidad de Córdoba y las universidades Nacional de Córdoba y Tecnológica local, y sorteó distintos avatares a lo largo de sus 22 años. En ese período incubó más de 150 proyectos y logró una tasa de sobrevida del 60 por ciento entre los emprendimientos que egresaron de su espacio.
Hoy, con 28 marcas –gestionadas por 82 emprendedores –en distintas etapas de incubación, lanza su convocatoria anual para incorporar nuevos proyectos. La aplicación estará abierta hasta el 9 de septiembre.
El llamado apunta a emprendimientos ya en marcha, que involucren un equipo mínimo de dos emprendedores y respondan a algunas las tres verticales ya mencionadas.
“Somos un eslabón anterior a las aceleradoras, pero buscamos emprendimientos que ya estén en marcha. También buscamos que se radiquen en Fide y aprovechen y aporten a lo más valioso de este espacio: el networking”, precisó Candelaria Argüello Pitt, gerenta de Fide.
“Nuestra búsqueda incluye emprendimientos de base productiva, por eso les damos más tiempo para escalar: la incubación puede durar hasta tres años”, explicó.
Entre los incubados actuales, 57 por ciento son emprendimientos de base tecnológica; otro 21,4, de diseño aplicado; siete por ciento, de energías renovables, y el resto, de servicios.
Entre quienes los impulsan prima la educación universitaria (76,8 por ciento) y el género masculino (74,3 por ciento). La edad promedio: 31 años.
Hacer base en la incubadora es muy accesible: el alquiler de oficinas y talleres tiene subsidios del 75, 50 y 25 por ciento según sea el primero, segundo o tercer año. Esos porcentajes se aplican a un alquiler mensual de 7.800 pesos.
Junto al espacio, los emprendedores reciben capacitación, seguimiento y mentoreo.
Incubación: Convocatoria 2019
Fuente: La Voz
