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Expectativas 2018: qué piensan los economistas (03/01/2018)
Expectativas 2018: qué piensan los economistas

Pese al repunte macroeconómico, el año que acaba de cerrar será recordado como “flojo” para las pequeñas y medianas empresas.  Quiénes ganaron y quiénes perdieron. Las expectativas de los especialistas para este nuevo ciclo.

En este 2017, hubo ganadoras y perdedoras, no solo porque cada sector corrió su propia suerte, sino también porque la recuperación no fue igual para las firmas medianas que para las más pequeñas.

 

Las generalizaciones nunca son buenas y hablar sobre las pymes y su desempeño no es la excepción. Y es que en este 2017 que acaba de terminar, hubo ganadoras y perdedoras, no solo porque cada sector corrió su propia suerte, sino también porque la recuperación no fue igual para las firmas medianas que para las más pequeñas, que son las que tienen menos posibilidades de trasladar costos a precios. 

 

 

El repunte de Brasil; salarios que, en buena parte, lograron superar a la inflación –mayor a la estimada en el Presupuesto 2017 y por el Banco Central–; el crecimiento de la economía y el aumento de las importaciones son algunas de las variables que marcaron un año que quedará, para los pequeños y medianos empresarios, más bien para el olvido, salvo algunas excepciones. Para este año, los economistas auguran un mejor panorama, aunque cauto.  

 

 

Como resume Marcos Cohen Arazi, economista del Ieral, “2017 fue un año de recuperación macroeconómica, el PBI se estima que crecerá entre 2,5% y 2,8%, pero esta mejoría no alcanzó a gran parte de las pymes, o bien, esta mejora recién les llegó en la segunda parte del año”, describe. Es por ello que, de acuerdo al economista, para este segmento de empresas, 2017 fue “un año de reacomodamientos”. 

 

 

“Hay una gran heterogeneidad entre sectores, y resulta que las cifras del conjunto de industrias pyme promedian un estancamiento”, dice a la hora de hacer un balance del año, y agrega algunos datos que así lo corroboran: mientras que  la Fundación Observatorio Pyme habla de un crecimiento del 0,2% y, CAME habla de una variación anual del 0%. 

 

 

Franco Roland, analista sectorial de Abeceb, señala que el principal problema que atravesaron las pymes no estuvo del lado de la demanda. De hecho, de acuerdo a los datos que maneja, el año pasado cerró con un crecimiento positivo en el salario real del sector privado formal. Por ello, apunta a los costos, y en este sentido, el analista  explica: “La pyme no tiene tanta flexibilidad para ajustar la capacidad de producción y el uso de los insumo, como las grandes empresas”. 

 

 

Las pequeñas y medianas empresas son para Vicente Donato, director de la Fundación Observatorio Pyme, un sector heterogéneo, por lo que señala: “Tenés que dividir entre las medianas, que tuvieron un buen desempeño en el último trimestre, y las más chiquitas –en todos los sectores–, que todavía no arrancaron”.  

 

 

A esto le agrega la cuestión sectorial, que también fue una variable decisiva. Según Donato, los “ganadores” –más bien, los que se recuperaron durante 2017–, fueron las pymes ligadas a bienes durables y de inversión. Mientras que los perdedores –que todavía no arrancaron– son los ligados a los bienes de consumo no durable.  

 

 

“En lo que refiere a las pymes, han sufrido en primera línea de batalla la transición por la merma en el consumo interno y el ajuste de precios relativos, sumado a que no se vieron beneficiadas por una mejora en el costo de fondeo, lo que les dificulta transitar esta etapa de cambios profundos”, resume Rodrigo Álvarez, socio y director de Analytica Consultora, al tiempo que detalla que esto responde, en particular, al paso de un esquema de mercado cerrado y poco competitivo a uno “opuesto”. 

 

 

Algunos cambios

 

 

“El año fue tirando a flojo”, resume Cohen Arazi y explica que, pese al crecimiento macroeconómico que se registró, este no impactó en las pymes. Y menciona escollos que siguen sin resolverse. Por caso, la inflación, que se mantiene en dos dígitos –y a esto se le sumó  el anuncio de que las metas de inflación se demorarán–, el problema de la competitividad, el tipo de cambio que sigue siendo desfavorable y el financiamiento, que se mantiene “en veremos”.

 

 

Entre los ganadores, los economistas apuntan a los fabricantes de sembradoras e implementos.

 

 

Además, alude a la presión tributaria, aun cuando se aprobó la reforma en el Congreso. Y es que, en palabras del economista del Ieral, fue “gradual”, por lo que, para la industria pyme, la ecuación no se dio vuelta. 

 

 

Por su parte, Álvarez apunta a los “guiños” que existieron por parte del Gobierno con políticas públicas. Si bien aclara que no tuvieron el impacto necesario en un entramado industrial “tan complejo”, aliviaron algunos costos para el sector. Y pone como ejemplo la Ley Pyme que, de acuerdo a su visión “genera un alivio fiscal por la extensión del plazo para la liquidación del IVA”. Y, por otro lado, añade: “Con las limitaciones que aún posee un sistema financiero tan poco profundo, las Facturas Electrónicas MiPyMEs, que podrán ser negociadas en los mercado de capitales, estimularán las inversiones en empresas de menor tamaño, dándoles mayor acceso al crédito”.

 

 

Ganadores, perdedores y excepciones

 

 

Cohen Arazi ubica entre los ganadores a los fabricantes de sembradoras e implementos –segmentos en los que se verifica mayor importancia de pymes en la maquinaria agrícola– que, según el Indec, incrementaron sus unidades vendidas en un 31%, en los primeros nueve meses del año. “Se considera una excepción, también creció fuerte en 2016 y venía de muy abajo”, aclara el economista. 

 

 

Además, el economista del Ieral menciona al sector autopartista, que tuvo un incremento de 8,8% en el tercer trimestre respecto de igual período de 2016, y aclara que en ello inciden, entre otros factores, el principio de la recuperación económica de Brasil. 

 

 

Del lado de los perdedores, Cohen Arazi ubica al sector comercial, en donde “la mayor parte de las ramas están en números rojos respecto de 2016”. Y explica: “En promedio, el año pasado, los comercios pyme vendieron 1% menos que en 2016, y los números positivos apenas se vieron entre octubre y diciembre, y no llegaron a compensar las caídas de 2016”. 

 

 

En la rama de alimentos y bebidas, el especialista del Ieral  agrega que la caída fue del 0,3%, mientras que, la venta de materiales de construcción registró una merma del 0,1%. Esto se lo atribuye a los nuevos estímulos a la actividad (créditos). 

 

 

Del lado de los perdedores, los especialistas ubican al sector comercial.

 

 

De esta manera, Cohen Arazi concluye: “Las ramas que tuvieron mejor performance, como puede apreciarse, se ubican como excepciones en cada sector considerado”. 

 

 

Año nuevo

 

 

“Las expectativas son positivas”, dice Donato al hablar sobre los empresarios pyme. Y se explaya: “Las empresas están entusiasmadas con un cambio en la perspectiva. Hay una gran separación entre lo que las empresas están viviendo y lo que creen que va a pasar. Hay una buena expectativa sobre el futuro, a pesar de la situación”.

 

 

“Pensamos que la economía va a tener un desempeño razonable, y esperamos que las empresas más chiquitas, ligadas al consumo, puedan arrancar, de manera que habría una especie de recuperación ligera, nada estrepitosa”, augura el director de la Fundación Observatorio Pyme para este año. 

 

 

De todas formas, señala: “Esto depende muchísimo de cómo vaya la macroeconomía: estas empresas no tienen ningún poder en el mercado. Si se cumple este ligero crecimiento, del 3 o 4%, esperamos que haya convergencia entre los sectores que estaban atrasados, y también por dimensiones”. 

 

 

“Vemos que los sectores que van a traccionar la economía este año van a ser relativamente los mismos que este año”, estima Roland. Entre ellos, menciona la construcción, Real Estate, ganadería, línea blanca, siderurgia y automotor. Y tienen buenas expectativas para el sector energético, puntualmente en lo relacionado a la electricidad, no así para el petróleo y gas, por lo que los proveedores de la industria petrolera estarán “más complicados”, según remarca. 

 

 

Además, Roland augura un repunte en la minería y señala: “Obviamente, la construcción va a ser una de las estrellas, como lo fue el año pasado”. También, menciona al sector automotor como otro de los que registran mejoras, motivo por el que las pymes asociadas al universo autopartista estarán “mucho mejor”. 

 

 

¿Por qué son tan importantes la industria automotriz y la siderurgia para las pymes? “Ambas tienen una gran demanda de servicio logístico, todo lo que es transporte, partes y piezas, insumos. Entonces, son dos sectores que, per se, no están compuestos por un universo de empresas pymes, pero que sí les pega mucho a la actividad”, explica Roland. Del lado de las perdedoras, el consultor de Abeceb apunta a “todo lo que es industria alimenticia”, y pone como ejemplo el caso del sector lácteo que, según prevé, seguirá con algunas dificultades. 

 

 

Además, Roland señala, entre los  sectores propiamente pyme, al textil y al del calzado como los perdedores por excelencia. En el caso de la industria textil, para el año que acaba de cerrar, ven una caída en torno al 8%, mientras que en calzado, del 1,5%. “Creemos que, tras tres años de caída, probablemente en 2018 se mantengan igual, o incluso crezcan un poquito, en torno a 1 o 2%”, pronostica Roland. Y confiesa: “En este sector están las pymes tal vez más comprometidas.”

 

 

“Esperamos que 2018 continúe con la recuperación que venimos observando en los sectores ligados al mercado interno, con una baja de la inflación a partir de marzo”, adelanta Álvarez. Y observa: “Seguiremos viendo un crecimiento en el sector automotor, en particular por el crecimiento esperado de Brasil, que reactivará las exportaciones hacia aquel país”. 

 

 

A esto, Álvarez le agrega que, al no haber habido un “giro radical en la política arancelaria”, el rebote del sector textil no se traduce en un cambio de tendencia. ¿A qué se lo atribuye? “Tiene que ver con varias cuestiones.

 

 

Por un lado, que el consumo interno reaccionó tarde. En segundo lugar, efectivamente son ramas industriales que por ahí estaban operando en un entorno muy protegido, y que, con muy poca apertura importadora, tuvieron un impacto muy significativo en toda la cadena de producción”, describe. Al tiempo que aclara: “No hubo una apertura indiscriminada, sino que, con muy poca apertura, se ven muy afectadas por su muy bajo nivel de competitividad”. Por último, el consultor alude a la heterogeneidad y la desintegración de toda la cadena de valor, siempre dentro del segmento formal. 

 

 

Un panorama sobre las importaciones

 

 

Más allá de algunas ramas o productos específicos, sobre todo aquellos que son más sensibles por su bajo nivel de competitividad, Franco Roland, analista sectorial de la consultora Abeceb, considera: “A priori, las pymes no se vieron afectadas por la importación, sino más bien por una lenta recuperación del consumo, que recién se vio reflejada en el tercer trimestre”. Aunque aclara: “Si bien la economía en el primer y segundo trimestre ya había dado señales contundentes de recuperación, en el consumo eso no se veía”. 

 

 

“Están creciendo muchísimo”, dice Vicente Donato, director de la Fundación Observatorio Pyme, cuando se le pregunta por las importaciones y asegura que, a raíz de ello, para las pequeñas y medianas empresas “el nivel de amenaza creció”. Y da algunos datos que así lo reflejan: mientras que en el tercer trimestre de 2016 el 14% de las empresas estaban amenazadas por el ingreso de productos extranjeros, este año esa cifra trepó al 31%. 

 

 

En el caso de las pymes vinculadas a las autopartes, la amenaza alcanza al 70%, mientras que, en el caso de las empresas de textiles, de productos de cuero y calzado esa cifra representa el 65%. En el otro extremo se ubican los sectores vinculados a alimentos y bebidas, que sólo registran amenazas en un 5%.  

 

 

Por su parte, Roland, pronostica que este año: “Habrá más protagonismo de Brasil” y estima que las exportaciones, a diferencia de 2017, que estuvieron “bastante lentas”, reaccionarán “un poco más”. A esto le suma otra previsión: “Creemos que la importación va a seguir en niveles elevados; vamos a seguir con un déficit comercial importante, pero también propio de que el entramado industrial está en una etapa de expansión, y esa expansión, obviamente, demanda muchos bienes importados, tanto intermedios como de capital.

 

 

En cifras

 

 

8% fue la caída que se registró en 2017 dentro del sector textil, de acuerdo a Abeceb.

 

 

1% menos vendieron los comercios pyme respecto de 2016, las mejoras se vieron recién a partir de octubre, según Ieral. 

31% aumentaron las unidades vendidas por los fabricantes de sembradoras e implementos de maquinaria agrícola durante los primeros nueve meses de 2017, según el Indec.  

Fuente: El Cronista