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Estudio IERAL: Educación y capacitación para el empleo y el crecimiento (18/05/2011)
Estudio IERAL: Educación y capacitación para el empleo y el crecimiento

Una Argentina Competitiva, Productiva y Federal - Doc. n° 7

Resumen ejecutivo

Educación y Capacitación surgen como pilares fundamentales en la determinación de la oferta de trabajo y, por ende, de las condiciones laborales de la población que impactan directamente en su calidad de vida. Existen actualmente en Argentina cerca de 2,6 millones trabajadores precarios, que sumados a 1,4 millones de desocupados, totalizan 4 millones de personas sin empleo o con empleo precario. Además, las dificultades de inserción laboral tienden a concentrarse en las grandes ciudades.

Si persisten las condiciones actuales tanto de oferta como de demanda de trabajo, parece poco probable que la tasa de desempleo se ubique muy por debajo del 7% en los próximos años, estando lejos del valor de 3,5% de la primera mitad de los años setenta.

Además de las acciones tendientes a fomentar la demanda de mano de obra (creación de puestos de trabajo de calidad), es necesario atender a la formación de capital humano a fin de adecuar la oferta laboral a los requerimientos del sistema productivo. Educación y la capacitación son los mecanismos para lograrlo.

Se necesita una estrategia integral de capacitación a fin de dotar de flexibilidad a la mano de obra ante el dinamismo del mercado de trabajo y, primordialmente, para dar respuesta a una creciente masa de jóvenes fuera del mercado laboral y el sistema educativo. Existen en la actualidad cerca de un millón de jóvenes entre 14 y 24 años en el país que no estudian ni trabajan ni buscan trabajo.

El Estado debe tener un rol activo en la capacitación, al igual que en la educación, debido a los grandes beneficios sociales que reporta la formación de capital humano. Además, debido a la posibilidad de que los trabajadores cambien de empleo, las empresas tenderán a sub-invertir en capacitación, debiendo necesariamente intervenir el Estado para obtener el nivel necesario de este tipo de formación.

En Argentina, existe una amplia oferta de programas de capacitación, pero atomizada y en manos de múltiples organismos (Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social -MTEySS-, Secretaría de la PYME y Desarrollo Social - SePyME -, Ministerio de Desarrollo Social, Ministerios de Trabajo y Desarrollo Social provinciales y organizaciones no gubernamentales). Esto denota una falta de armonización y de seguimiento sobre la cobertura real de la oferta de capacitación.

En cuanto a la educación, los dos rasgos salientes del sistema educativo actual están constituidos por la desvinculación con el mercado laboral y la baja calidad.

En particular, la educación media plantea serias dificultades respecto a su rol en la preparación de los alumnos para el mercado laboral, estando enfocada en los jóvenes que ingresan a la universidad (menos de un tercio de la población total). También se observa una profundización de los problemas de cobertura, eficiencia interna y calidad.

La mala calidad de la educación se refleja en los resultados de pruebas estandarizadas. Las pruebas PISA, por ejemplo, han mostrado un importante deterioro en lo que concierne a la calidad de la educación en Argentina, especialmente en lo que concierne a comprensión lectora, una de las habilidades básicas. Además, Argentina ocupa uno de los puestos más bajos del ranking en todas las áreas: sobre 57 países relevados, Argentina está en el lugar 51 en ciencias, 52 en matemática y 53 en lectura.

Otro tópico relevante del sistema educativo es la educación técnica, que tiene un rol fundamental en la estructura educativa de un país, en cuanto a que genera mano de obra calificada sin el costo que implica la educación universitaria. Se han hecho esfuerzos por revivir el modelo de escuelas medias técnicas. La Ley de Educación Técnico Profesional, de 2005, estipula un fondo de financiamiento con asignación específica a la educación técnica, a ser administrado por el INET.

La Ley de Educación Nacional de 2006 expresa la posibilidad de realizar prácticas educativas en escuelas, empresas, organismos estatales, organizaciones culturales y organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, los resultados aún son incipientes, con poco más de 10% de los alumnos de nivel secundario en escuelas técnicas, y 46% de los de educación superior no universitaria.

La educación superior consiste otro de los puntos a rever en el sistema educativo. Poco más de 30% de la población logra acceder a los estudios terciarios y universitarios, mientras que poco más de 15% logra completarlos.

Uno de los inconvenientes de la educación superior es el sesgo hacia las carreras en ciencias sociales y humanidades. La mayor parte de los alumnos universitarios está concentrada en dichas ramas (cerca del 60%), con sólo 5,7% en carreras de ingeniería. Además, mientras que en la última década los alumnos de humanidades se han incrementado cerca de un 60% y 24% los de ciencias sociales, los estudiantes de ciencias aplicadas (que incluyen las ingenierías) sólo han crecido 30%. Por otra parte, el número de egresados en ciencias aplicadas resulta ser el más bajo respecto a las demás disciplinas (4,3 egresados cada 100 alumnos en 2008, siendo 3,8 en 1999).

En comparación con países que han desarrollado una fuerte inversión en capital humano dirigido a la tecnología, Argentina se encuentra francamente rezagada. El porcentaje de egresados en carreras de Ciencias e Ingeniería alcanza un magro 26,3% en Argentina, mientras es por ejemplo 43% en Corea del Sur. Incluso en Chile se encuentra cercano a 40%.

En este contexto, las recomendaciones de política económica tendientes a mitigar los descalces del capital humano se proponen en dos partes: en el mediano y corto plazo un plan de capacitación masivo y descentralizado; en el largo plazo una reforma del sistema educativo.

Plan de capacitación masivo y descentralizado: Sería conveniente plantear un sistema de formación profesional como alternativa al de educación formal. Debe pensarse en un programa público de formación profesional masivo y unificado. Los incentivos deben ser tales que aquellos jóvenes que no se encuentren empleados o estudiando se introduzcan en un sistema de formación profesional o de oficios.

Revisión del sistema educativo: Se debe propender a aumentar la escolarización en simultáneo con la calidad, tendiendo a una mayor vinculación del sistema educativo con el mercado laboral.

 


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