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Estudio IERAL: Cadena vitivinícola (24/06/2011)
Estudio IERAL: Cadena vitivinícola

Una Argentina Competitiva, Productiva y Federal - Doc nº 14

Resumen ejecutivo

 

Este documento forma parte de un importante estudio llevado adelante por los investigadores del IERAL de Fundación Mediterránea entre los años 2009 y 2010, que tuvo como objetivo principal identificar, evaluar y proyectar oportunidades de generación de valor económico y empleo en una serie de cadenas productivas del país, bajo una estrategia que prioriza la mayor inserción internacional de la producción, pero sin descuidar el fortalecimiento del mercado interno.

En este caso se presentan los principales resultados obtenidos para la cadena vitivinícola.

La vitivinicultura argentina ha alcanzado un alto grado de industrialización, puesto que, en vez de uva, jugos de uva (mostos a granel) y vinos a granel, lo que más exporta este sector en el país son cajas de vino embotellado.

Este sector tiene un fuerte impacto económico sobre Mendoza y San Juan, contribuyendo a movilizar otras actividades como las industriales y de servicios. En 2009 las exportaciones vitivinícolas representaron un 40% del total de ventas externas de Mendoza. Más relevante ha sido su dinámica, con exportaciones de vino embotellado que se cuadruplicaron (o más) en el término de siete años.

Llamativamente, en Mendoza es bajo el aporte del sector vitivinícola al Producto Bruto Geográfico provincial (un 8%), quizá porque para su cálculo se consideran los precios de traslado (en una etapa intermedia de su producción).

Un estudio del año 2003, estima que, en el país, el sector generaba un empleo de 132.000 personas, de las cuales casi 115.000 personas eran empleo directo. Considerando sólo Mendoza se puede decir que este sector genera un 13 % del empleo total en esa provincia.

Vinos varietales (asociado al de alta gama), cuya demanda está repartida por mitades entre el mercado interno y el externo. Argentina ha podido aprovechar la demanda creciente por vinos de calidad, mejorando su participación en el mercado mundial. Esto se explica porque previamente una buena parte del sector pudo reconvertirse y modernizarse, favorecido luego por la devaluación en el año 2002.

En el corto plazo, su rentabilidad promedio se ha deteriorado notoriamente debido a la pérdida del poder adquisitivo del dólar. También se ha visto afectado por el aumento de los costos (en 2010, la materia prima, la uva, ha aumentado notoriamente). Sin embargo, se mantiene la estrategia de seguir vendiendo fraccionado.

Sus perspectivas internacionales son favorables, aunque se espera que las compras mundiales crezcan a una tasa menor. Atendiendo a su potencial, se han presentando estimaciones las necesidades de inversión en el sector para los próximos diez años, que rondan entre los US$ 1.500 M y los 2.150 M (millones). Debería producirse una reconversión de viñedos, mientras que en sus bodegas requiere importantes inversiones en la elaboración de vinos.

Siendo un mercado altamente competitivo (con infinidad de marcas), es difícil manejar los precios, especialmente los internacionales. Por ello, es altamente preocupante la fuerte caída del rendimiento del dólar en los últimos años, atendiendo que no es tan sencillo entrar y salir del mercado internacional.

Otros problemas de índole macroeconómico son impositivos (retenciones a la exportación pagados en Argentina y los aranceles a la importación de vinos argentinos a pagarse al entrar en otros países), de transporte (tanto interno, aduana, como externos), la escasez de financiamiento (especialmente para capital de trabajo e inversiones). Y en cuanto a la problemática sectorial, cabe mencionar la necesidad de simplificación de los trámites de control de la actividad, la escasez de "cierta" materia prima (por ejemplo, uva malbec), la amenaza de la urbanización, la escasez hídrica y la exigencia de destinar parte de la uva para elaborar jugo (mosto). También se agrega el deterioro de los caminos que afecta no sólo a la parte productiva, sino también al eno-turismo (una actividad derivada del sector).

Institucionalmente, se puede mencionar que existe una variedad de organismos que contribuyen a promocionar esta actividad, cada uno cumple un sinfín de tareas para lograr ese objetivo.

Vinos de mesa (de menor calidad): éstos enfrentan una realidad diferente, con una caída permanente de su consumo, al competir con otras bebidas alternativas con mayor publicidad (cerveza). Termina generalmente con sobreproducción y precios bajos, salvo cuando hay caída de cosechas (observado en los últimos años). Aun así, su consumo interno representa casi dos tercios de la demanda total de vinos, y por ser tan alto, implica una constante preocupación política. Se desarrollan varias acciones para ampliar su demanda, un objetivo ambicioso, y además es el origen del "cupo de mosto" (destinar uva para ese fin), con el objeto de reducir la oferta de esos vinos.

 


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