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Emprendedores: cuando hay que explicar qué es lo que se vende (28/10/2011)

Los que escuchan juntas las palabras vino y orgánico creen que se habla de un producto light, de sabor suave y que no suma calorías.

Pero poco y nada tienen este imaginario popular con la realidad. Pablo Dessel es director comercial de Vinecol, una bodega familiar mendocina que en 1998 comenzó certificando su viña como orgánica, para más tarde en 2001 certificar su bodega y llegar así recién en 2003 a certificar su primera cosecha de vinos orgánicos.

¿Pero de qué se habla cuando se dice que un vino es orgánico? A diferencia de cree el común de la gente, que asocia este concepto a los productos light o diet, está relacionado con la no utilización de productos químicos en el proceso que va desde la viña hasta que el vino llega a la botella.

“El vino orgánico es vino con un valor agregago. Quiere decir que todo el proceso que va desde la plantación misma hasta la vinificación no incluyó la utilización de ningún tipo de producto químico. A diferencia de ello si se utiliza mucho abono verde”, explica Dessel.

En diálogo con Cronista.com en el marco de la muestra ‘Vinos y Bodegas’ que se realizó en La Rural, este amante del vino precisa que existe una movida a nivel mundial en búsqueda de productos con certificación orgánica, algo que la Argentina comienza a experimentar de a poco.

De las 500.000 botellas de producción anual, Vinecol exporta el 70% a 15 países del mundo, mientras que apenas el 30% se coloca en el mercado local en vinotecas y restaurantes, ya que por ahora no se venden en supermercados.

“Cuando empezamos la primera cosecha todos nos preguntaban si se trataba de un vino light orientado a dietéticas. Todavía no hay una cultura del vino orgánico en Argentina, por eso hay que educar al consumidor. Para ellos organizamos muchos tastings y promociones”, precisa.

Dessel asegura que de a poco “el consumidor va entendiendo que el vino orgánico es otra cosa” y aclara que entre sus beneficios la ausencia de productos químicos y conservantes hace que el consumo del mismo no produzca la “tradicional resaca”.

El respeto al suelo

“Otro de los beneficios de no usa productos químicos es que uno puede disfrutar del terroir del vino. Tratamos de respetar el suelo, no usamos levadura externa sino levadura indígena de nuestro suelo”, detalla y agrega que después de consumir este tipo de productos no se experimenta el dolor de cabeza o malestar estomacal "habitual de una resaca".

La finca de Vinecol cubre 100 hectáreas al costado de la Ruta 7, en el kilómetro 903 de Mendoza y emplea a 22 personas. “Necesitamos más mano de obra pero menos insumos químicos, entonces los gastos se balancean con los de una bodega tradicional”, asegura.

Otro de los mitos es que los vinos orgánicos son caros pero Dessel lo desmiente: “no son caros, van de los 20 a los $ 40”.

La bodega va por más certificaciones, pero ahora por el Fare Trade, un nuevo concepto en Europa y los Estados Unidos para dar beneficios a los trabajadores que emplea la viña y que está ligado a la responsabilidad social empresaria.