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El hábito de crear empresas según pasan los años (18/08/2018)
El hábito de crear empresas según pasan los años

Asumirse como emprendedor es algo que se fue perfilando en las últimas décadas. Muchas de las firmas que nacieron a principio de siglo permanecen en pie, otras no lo lograron. Cómo cambió el perfil en los últimos años.

El concepto de emprendedorismo desembarcó con fuerza en la Argentina durante 2001 y 2002, en medio de la severa crisis económica, política y social que llevó a muchas personas a emprender para sobrevivir. Con el correr de los años, los modelos de negocio emergentes fueron variando, así como también la impronta de las personas que se animan a dar los pasos para crear su propio negocio.

Muchas de las empresas que nacieron a principio de siglo permanecen en pie, aunque otras no lo lograron. De cada 10 pymes que nacen, al cabo de cinco años solo sobreviven dos. 

Javier González Pedraza, presidente de Inicia, una comunidad de emprendedores que nació, justamente, en 2001, señala: "En 2004 y 2005, cuando estábamos saliendo de la crisis, había muy altas tasas de desempleo y fueron apareciendo los llamados emprendedores por necesidad". En su mayoría, recuerda González, predominaban emprendimientos abocados a tareas de servicios y muy pocos pertenecían a la industria.

Por su parte, Hugo Kantis, director de Prodem, Programa de Desarrollo Emprendedor, agrega que "en aquel momento, se veía también al reemprendedor; aquel que, fruto de la recesión de fines de los años 90, retomaba la actividad empresarial".

Los años pasaron y una de las particularidades del emprendedorismo actual, destaca Kantis, es que desde 2000 hasta nuestros días los precios relativos de la economía cambiaron en favor de los servicios, y el cambio tecnológico se aceleró de la mano de las tecnologías digitales y la revolución 4.0. Todo esto hizo que se dé una mayor presencia del mundo digital en los emprendimientos recientes.

Los especialistas destacan que los emprendedores de los últimos años están más preparados. "Hoy todos saben que necesitan ayuda, que solos es muy difícil, y se fueron transformando en buscadores de ayuda constante. Muchos fracasaban porque no tenían instituciones de apoyo, hoy ese apoyo existe desde el Estado hasta las distintas instituciones y universidades que brindan soporte. Pero queda mucho camino todavía por recorrer", explica González.

No obstante, con el correr de las décadas algunas de las dificultades siguen siendo las mismas.

González Pedraza puntualiza que el paso de emprendedor a empresario" a nivel impositivo es muy difícil todavía".

"Hay un poco de desamparo para las personas que, al emprender, se quedan momentáneamente sin aportes o medicina prepaga, por ejemplo. En 2003 apareció el Registro de SRT con la contabilización estadística de creación y muerte de nuevas empresas", explica.

Y añade: "En 2017, por ejemplo, nacieron y murieron 50.000 empresas, y en este momento hay registradas, con CUIT, algo más de un millón. Pero de ese millón, 460.000 son amas de casa que contrataron a un empleado. Es decir, en realidad son emprendedores con CUIT. El año pasado, se crearon las Sociedades Anónimas Simplificadas y nacieron 200.000 empresas, pero estas eran apenas empresas a prueba, que quedaron a mitad de camino, con lo cual no arrojan datos exactos sobre el panorama nacional". 

Puntos pendientes

A pesar de estas iniciativas, e incluso con la creación de la Ley de Emprendedores en el año 2016, que dio un marco y establece algunos lineamientos sobre qué define a un emprendedor, aún los emprendedores reclaman por nuevas regulaciones de acceso a la financiación, menor carga impositiva y cargas laborales y beneficios en cuanto a la empleabilidad.

Kantis enfoca directamente en las conquistas que todavía faltan: "Hay segmentos de emprendedores potenciales desatendidos, el interior del país es un tema central. En Córdoba y Santa Fe ya están haciendo algunos esfuerzos interesantes, y Mendoza se sumó recientemente, pero hay que potenciar estas iniciativas y articularlas.

El especialista recalca que también que hace falta redoblar los esfuerzos para lograr empresas de base tecnológica, así como ensanchar mercados y buscar la integración entre nuestros ecosistemas con los de otros países.

Y todo vuelve a caer en la deuda pendiente fundamental, la del financiamiento: "No sólo de capital emprendedor vive el emprendimiento, existen demandas de instrumentos diferentes que incluyen el capital de trabajo en condiciones apropiadas".

Fuente: El Cronista