Novedades

Encuesta
¿Baja el ritmo o pisa el freno? (09/10/2011)
¿Baja el ritmo o pisa el freno?

Juan Manuel Garzón para La Voz del Interior.

En septiembre se conjugaron dos malas noticias para la industria automotriz cordobesa que vienen del principal mercado de la producción local, Brasil: a) las ventas de automóviles del socio mayor están estancadas; b) el real ya no se aprecia sino que n un mes se depreció 16 por ciento. Y ahora ¿qué?

Más del 60 por ciento de los vehículos que produce la provincia los coloca allí. El resto va, básicamente, al mercado interno, con poca presencia en otros mercados externos. Las terminales de Buenos Aires o Santa Fe también tienen una elevada dependencia (49 por ciento en 2010), aunque menor a la de Córdoba.

O sea, para la industria local, lo que sucede en Brasil es tan o más importante que lo que pasa en el mercado local. Las exportaciones argentinas de vehículos de septiembre, luego de 22 meses consecutivos de tasas interanuales positivas, cayeron 11 por ciento interanual y 19 por ciento en el mes. Se interrumpió el ciclo expansivo de ventas al mercado externo, probablemente, para lo que resta del año y quizás un poco más.

El mercado brasileño está estancado y la venta de vehículos de septiembre lo confirma: casi 21 por ciento menos en el tercer trimestre de 2011 que en igual lapso del año pasado y casi la misma cantidad que dos años atrás.

Pero, aunque se frenaron las ventas no lo han hecho las importaciones: crecen más del 35 por ciento. Todos los productores del mundo le están vendiendo más vehículos a Brasil, seguramente, debido a la gran apreciación del real de los últimos tiempos y también a los problemas para colocarlos en el Primer Mundo.

¿Quiénes están aprovechando mejor esa situación? Todo indicaría que son los países asiáticos (Corea del Sur, que en 2010 expandió sus ventas en el vecino país 58 por ciento, y China, que avanzó 627 por ciento). Argentina aumentó sus ventas hacia Brasil, pero a un ritmo menor (39, en 2010 y 22, en 2011).

La industria automotriz brasileña vive una realidad compleja: opera en un mercado que se desinfla y está siendo desplazada “en su propia cancha”. Las respuestas están llegando o deberán llegar, ya sea por una corrección del tipo de cambio o alguna medida menos ortodoxa como un freno legal en las importaciones. Es difícil trabajar bajo un escenario donde se supone que la poderosa industria paulista seguirá resignando market share interno sin presionar al Gobierno.

Desde fin de 2002 y hasta agosto último, el real se apreció en forma sostenida contra la mayoría de monedas. Además, la inflación de Brasil estuvo muy por encima de la de los países que le compiten en automóviles. Esto obligó a la industria a realizar grandes mejoras de productividad. Pero el partido lo viene perdiendo por “goleada”: pasó de un superávit comercial de 636 mil vehículos en 2005 a un déficit de 190 mil en los ocho primeros meses de 2011 (más de 30 mil en septiembre). El mes pasado la moneda brasileña se depreció, dando algo de respiro.

El escenario esperado para los próximos meses no es alentador para la industria automotriz argentina, menos para la cordobesa, que deberá estar atenta. La historia muestra que las exportaciones nacionales hacia Brasil son muy sensibles a su nivel de actividad. Pero no hay que perder de vista lo que suceda con el tipo de cambio o los instrumentos que se utilicen allí para devolver rentabilidad a su industria. Será clave la inteligencia de nuestros negociadores comerciales para atravesar un período donde pueden resurgir fuertes prácticas proteccionistas.

Pero, lo más importante será contener la suba en dólares de nuestros costos internos, para no terminar de erosionar el delgado colchón cambiario que todavía se dispone. Sin perder de vista a los otros países productores de automóviles que están pendientes de lo que suceda con nuestro vecino.