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Advierten de que la capacidad instalada de las pymis es antigua (13/09/2016)
Advierten de que la capacidad instalada de las pymis es antigua

Es la realidad de 67% de las pequeñas y medianas industrias argentinas, según el relevamiento del Cippec. El trabajo reveló que sólo 2,6% trabaja con tecnología de punta, y 31,2% con avanzada.

Casi 70% de las pequeñas y medianas empresas industriales argentinas produce con maquinarias y equipos tecnológicos antiguos, lo que afecta la productividad y la competitividad de la economía argentina, según informó el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
El estudio del organismo, que comprendió 100 pymes industriales de diversos sectores productivos de todo el país, descubrió que la estructura tecnológica de 67% de las pequeñas y medianas empresas industriales consultadas “sufre un severo retraso” en la capacidad instalada.
Esto puede observarse, ante todo, si se lo compara con los ciclos de renovación de maquinaria en empresas de economías desarrolladas, que se realiza cada uno o dos años.
En Argentina, sólo 2,6% de las empresas relevadas produce con tecnología de punta, y otro 31,2% cuenta con tecnología avanzada. No obstante, 46,8% de los industriales opera con maquinarias de tecnología media, 14,3% con tecnología atrasada y 5,3% utiliza tecnología muy atrasada.
Para el coordinador del Programa de Desarrollo Económico del Cippec, Ezequiel Eliano, la capacidad tecnológica de la empresa “es una de las variables determinantes del desarrollo productivo de un país”.
A su vez, señaló que “de su posición tecnológica depende la productividad de la economía, su competencia en los mercados mundiales, sus posibilidades de abastecer el mercado local con productos de calidad, y de generar empleo de altos estándares que permitan mejores condiciones de vida. Desde esa perspectiva, uno de los causales del menor desarrollo argentino es el atraso tecnológico de su estructura productiva”.
La brecha tecnológica productiva, además de “limitar la capacidad de crear riqueza, tiende a elevar el nivel de precios”, aseveró el coordinador, y explicó que esto es no sólo “porque se producen bienes de menor calidad a costos más altos sino porque hace reposar la competitividad de la empresa de manera desmedida en el tipo de cambio, y a la vez, el déficit de calidad vuelve al país dependiente de las importaciones, pasando de ser de productor a consumidor de tecnología”.
Eliano sugirió que una de las maneras de “revertir y romper esta tendencia” es mediante el trabajo en conjunto del sector público y el privado: “uno facilitando las condiciones para la inversión y el otro fomentando la cultura inversora”, puntualizó.
Además, hizo hincapié en el comportamiento de los empresarios, quienes “mantienen una actitud pasiva” frente a la modernización tecnológica, “descuidando la formación del capital como elemento indispensable para construir una función de producción de alta competitividad”.
No obstante, modificar esa conducta “ requiere que el Estado argentino, que por décadas premió la inversión especulativa y castigó la productiva, tome un rol activo en políticas comprometidas”, concluyó Eliano.

Fuente: Comercio y Justicia